Dos antidisturbios de Vigo están en tratamiento por hacer el boca a boca a un portador de sida

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Tras el incidente, el sindicato UFP pide que los coches patrulla vayan equipados con resucitadores manuales de 28 euros

06 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos policías antidisturbios de Vigo reciben tratamiento tras hacerle el boca a boca a un portador de sida que estaba al borde de la muerte. El hombre se cayó de un edificio a mediados de enero en el centro de Vigo y los dos agentes fueron los primeros en llegar en su furgoneta. Reanimaron al herido y una ambulancia lo evacuó pero en «muy mal» estado de salud. Ahora, los funcionarios siguen medidas de «cuarentena» para descartar el contagio.

La sorpresa vino cuando los agentes supieron que la víctima que acababan de auxiliar era un portador del virus VIH. Aunque el virus no se transmite a través de la saliva si lo hace por la sangre, y había mucha en el suelo donde se precipitó la víctima.

Los policías fueron sometidos a pruebas médicas y ahora, mientras trabajan, tienen que seguir un fuerte tratamiento retroviral durante 3 meses como medida de precaución para evitar contraer la enfermedad. Ni pueden dar besos a sus hijos por temor a un contagio a través de sus fluidos vitales. «El médico dice que hay que esperar 90 días con medicación para descartar el contagio, el riesgo es bajo pero no hay una garantía del 100 %», dijo ayer el portavoz de la Unión Federal de Policía, Agustín Vigo.

La UFP advirtió ayer que el año pasado hubo otros 2 casos de riesgo de contagio en intervenciones humanitarias en Vigo, uno al socorrer a un paciente con tuberculosis. En ambos casos, los agentes se sometieron a análisis.

Por este motivo, el sindicato pide que todos los coches patrulla vayan equipados con un resucitador manual (un balón con mascarilla para insuflar oxígeno) que cuesta 28 euros y una cánula de guedel de un euro para evitar la asfixia del enfermo. La razón para pedir estos aparatos de emergencia es que, a veces, los agentes llegan antes que la ambulancia, que queda atascada en el tráfico, y pueden ventilar a la víctima de forma mecánica porque «los segundos son vitales».

Según la UFP, ninguna comisaría de España tiene resucitadores manuales en los coches patrulla por lo que ha enviado un escrito a la Subdirección de Personal de la Policía para pedirlos.