Cierra un establecimiento comercial y, a los pocos días aparece en el escaparate el cartel de uno nuevo. Esa era la tónica hasta hace poco tiempo en Ribadeo, con unas zonas comerciales perfectamente definidas. Cierto es que las cosas están cambiando, que la crisis hace mella y que cada vez hay más bajos vacíos, por traslados, traspasos o cierres (un ejemplo es la calle Vilalba), pero las peatonales, las Cuatro Calles, siguen siendo la milla de oro de Ribadeo, la que conserva todo su tirón, si se quiere su glamur, y donde los precios se mantienen sin apenas variaciones. Un ejemplo, un bajo de 20 metros en la calle Reinante se alquiló recientemente por 450 euros al mes. Si nos alejamos un poco, a la calle San Roque, otro establecimiento comercial de cuarenta metros se ofrece por 500 euros, negociables.
«En las Cuatro Calles los propietarios saben que tarde o temprano aparecerá alguien para alquilar y por eso los precios se mantienen», dicen desde una inmobiliaria. Pero Ribadeo no se libra de la tónica general: «Se alquila poco y no se vende nada». Los propietarios siguen siendo remisos a hacer rebajas porque saben que la construcción está parada y que así seguirá hasta que se apruebe el plan general.
Un bajo en la calle transversal de unos cien metros se vende por 145.000 euros. En estas vías periféricas si hay oferta. En una calle paralela a la Rosalía de Castro, en la travesía Vilaselán-A Terra Grande hay otro bajo de 750 metros, en alquiler a cinco euros el metro y en venta a 680. Precios muy alejados de los de las calles principales