Los hosteleros confían en colgar el cartel de lleno en los días centrales
23 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.No hay nada que tema más el hostelero mariñano que el icono anunciando lluvia en la televisión, a las puertas de la Semana Santa, una de las escapadas vacacionales considerada «valor seguro», por lo menos hasta que la crisis empezó a hacer de las suyas. Según el director del Parador de Turismo de Ribadeo, Antonio Graña hay un elemento más que puede condicionar también los niveles de ocupación, la temporada de Ski. «Este año fue muy corta la temporada de eski, no hubo nieve, y puede afectar», dijo. Aún así, señaló que el porcentaje de reservas del establecimiento a estas alturas «está dentro de lo habitual, el cliente espera hasta el último momento», confiando en repetir los niveles del año anterior «con toda la semana al 90%».
Viveiro es uno de las zonas gallegas que más mueve el turismo en esa semana, debido a las procesiones. A estas alturas, las reservas se mueven en algún caso en torno al 50%, «flojo a como era antes, pero es un porcentaje en este momento a tener en cuenta», señaló Ángeles Galdo, del hotel O Val do Naseiro. «Llenaremos, porque la gente llama y hace sus cuentas», concluyó. La misma confianza que mostró Eva Balseiro desde el hotel Ego, «Puede ser una buena Semana Santa, sobre todo los días fuertes, siempre que el tiempo ayude». Jugar con las promociones en la red, «para que la gente se anime a venir», es una de las claves.
Galicia, Madrid, Asturias y País Vasco son las principales procedencias de los visitantes mariñanos en esta época. Gasta más, «porque como son menos días se mira algo menos el bolsillo».
De vuelta a Ribadeo, Roberto Rivas, del hotel Hogar do Mariñeiro, es optimista. «Van bien las reservas, la ocupación será similar al año pasado, el 60 o 70%», de jueves a domingo, el resto «muy por debajo, un 20%.
En torno al 50% están también las reservas para los dos días en O Cabazo. «El miércoles y el sábado siempre es más complicado para llenar, más flojo», explicó Juan López.
A María Hermida, del hotel Vila do Val, en O Valadouro, la situación «asusta un poquillo». Aún así apunta optimismo y confía en «mínimo llegar al 50%», y está pensando en una oferta «flipante» para atraer turistas.
«Este año fue muy corta la temporada de ski, no hubo nieve hasta ahora y puede afectar»
Antonio Graña