¡Al cielo con casi dos toneladas!

Mar García Balseiro
mar g. balseiro VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Cien hombres y su capataz, Jesús Fernández, llevan el paso del Calvario

25 mar 2012 . Actualizado a las 08:04 h.

«Dos toques, avisas a la colla que va a pasar algo; un toque, meten el hombro; un toque, subir o bajar el paso; dos toques, andar o parar». Este es el lenguaje propio con el que se mueve el Calvario, de la Hermandad de las Siete Palabras de Viveiro, tal y como lo explica su capataz, Jesús Fernández. De unas órdenes claras y precisas, de que cada uno de los cien hombres pegados a sus cinco varales de ocho metros y 60 kilos de peso cada uno, depende que el paso de casi dos toneladas discurra sin contratiempos por el recorrido que hace a hombros, entre la plaza de Lugo y la iglesia de San Francisco, en la noche del Viernes Santo.

Este año se cumple el décimo aniversario de la decisión que tomó la Hermandad de que el Calvario cambiara el carro de ruedas en el que discurre por el interior del casco histórico por los hombros de los llevadores. «Se hizo un estudio de ingeniería, sobre dónde tenía el centro de gravedad cada una de las cinco imágenes, cómo se iba a soltar el carro para llevarlo a hombros. Había que buscar una forma rápida y segura de hacer la transformación», recuerda el capataz. Era un proyecto «ambicioso», pero también «temerario, por la envergadura del paso, tanto en peso como en altura». Las dificultades para mover el grupo escultórico obligaron a recrear los pasos elevados para explicar cómo debe salvarlos la colla de hombres. «Los más bajos van delante y los más altos detrás, colocados de forma que se equilibre el peso. Cada persona sabe lo que tiene que hacer, y es un engranaje que si falla cualquier pieza...», deja Fernández en el aire.

La Hermandad de las Siete Palabras, fundada en 1952 y con 365 cofrades, hace también el Vía Lucis del domingo de Resurrección por la tarde, con los pasos del Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Camino de la Luz.