El defensor de los ciudadanos gallegos reprende al Concello de Burela
16 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Ruidos nocturnos, decisiones de algunos Concellos y temas relacionados con la sanidad pública. Son las tres principales razones por las que pidieron amparo al Valedor do Pobo veinticinco residentes en municipios mariñanos y un comprador de un piso en Barreiros.
Este último, residente en el País Vasco, se quejaba el año pasado por la tardanza del Concello de Barreiros en aclararle si concediera o no licencia de primera ocupación para la vivienda que había comprado.
Los ruidos provocados por locales nocturnos motivaron dos protestas ciudadanas. Una, en Burela, se refiere al pub Gold, asunto que también está siendo abordado en el Juzgado de Viveiro. Según la investigación del Valedor, contaba con un sonógrafo, que «ao parecer non funcionaba correctamente», y, además, «non constaban comprobacións adecuadas do que se denunciaba, que era a transmisión habitual de ruído ás vivendas». Recomendó al Concello de Burela que hiciese «as medicións que se demanden, se determine a posible comisión de infraccións, se corrixa o funcionamento irregular do establecemento». Sin embargo, el gobierno burelense «rexeitou a recomendación». No solo eso, sino que, sostiene el Valedor, «non se deu unha xustificación adecuada para non actuar de acordo co indicado, polo que debe concluírse que se observou unha mala administración».
Por los ruidos procedentes de los locales nocturnos ribadenses Vivir sin dormir, Bugas y Estopa, el Valedor también abrió una investigación, a petición vecinal. Concluyó que esos establecimientos «funcionan transmitindo niveis de ruído superiores aos permitido e que o fan ata altas horas da madrugada». Recomendó al Concello de Ribadeo que tomase medidas y el gobierno local aceptó la sugerencia.
A causa de las listas de espera en el Hospital da Costa, el Valedor también recibió una queja ciudadana, que se resolvió «adiantándose a consulta ou intervención». Y la plataforma sanitaria de A Mariña le pidió que averiguase si el hospital pagaba más por dar altas médicas, pero la protesta se archivó al constatarse que eso «é falso».