Cristian Carabali: «Vendí la cadena de mi madre para comprar la cámara con la que fotografío A Mariña»
A MARIÑA
Cree que tiene mucho que aportar a la difusión de A Mariña a través de la fotografía, y está dispuesto a intentarlo. Por ahora, varias de sus instantáneas, que retratan la emblemática playa de As Catedrais, protagonizan la exposición que el club Imaxe mantiene abierta hasta el día 31 en la Casa da Cultura de Burela. A través de los ojos de Luis Cristian Carabali Ferigra (Ecuador, 1972), la comarca de A Mariña se ve de otra manera. Sus fotos nos permiten casi tocar el mar.
Para diciembre ya prepara en Burela una nueva muestra de autor, con imágenes que nos permitirán recorrer la comarca sin movernos de la sala de exposiciones. Carabali está con los preparativos, tiene confianza en su trabajo, aunque reconoce que las limitaciones económicas por las que atraviesa le imponen ciertas limitaciones. Ninguna a su creatividad ni técnica. Su historia es similar a la de cualquier emigrante que recaló en esta esquina del Norte en busca de un porvenir mejor, para él, su mujer y sus tres hijos. Cristian Carabali llegó a España hace 14 años. Tiene nacionalidad española. Vivió en Tenerife, Alicante... y desde el 2012 reside en Burela. «Cuando llegué aquí no conocía para nada Galicia. Pero cuando llegué, supe que me gustaría este lugar. Vendí una medalla que me había dejado mi madre y me compré una cámara de fotos con las que ahora fotografío la comarca», confiesa este aficionado a la fotografía que antse trabajó en la pesca, que tuvo que vender su coche para poder pagar recibos, y que ahora busca un empleo.
Compagina
Reconoce que vive «apretado», pero mira al futuro con optimismo. «La impresión de las fotografías me cuesta dinero y no las voy a exhibir con el tamaño que quisiera porque no puedo pagar ese dinero. No obstante, sé que mis fotos son buenas, que aporto otra visión de las cosas, de la realidad», afirma este ecuatoriano dispuesto a trabajar duro para montar su propio estudio: «Hay que ser positivos, pensar en hacer cosas diferentes. Lo importante es tratar de cambiar el destino». Quien a través del objetivo de su cámara pretende que miremos más allá de un paisaje, es un fotógrafo autodidacta, que bebe de distintas fuentes, experimenta con nuevas técnicas y aprende de la fotografía social. Compaginó su afición con el trabajo en el mar, para el que previamente se formó, haciendo los cursos de marinero-pescador y el de formación básica: «Ese último lo hice en Milladoiro y dormí ocho días en el coche». La formación le permitió entonces encontrar trabajo, pero quiere pasar página y olvidar una mala experiencia, en un barco «con problemas».