La mar mudó el lugar del horizonte. Como en un vuelo, como en la brisa y en el espanto se ha muerto Carlos Oroza. Y evocó toda un vida a bordo de un barco que une las dos orillas del lago Leman donde aprovechó un rayo de sol en esta fría mañana ginebrina a donde me llega la noticia de su tránsito. Ha muerto la poesía, calló la voz, se silenció la palabra. Y Eva es un sombra, Évame Eva en una sola estrofa.
Viveiro está de luto. Un luto civil y ciudadano. Carlos no pudo descorrer la cortinilla de la placa de la calle que lleva su nombre. Viveiro tan cainita y amnésico.
Carlos Oroza que estas en el cielo glauco de los poetas, santificado sea tu nombre. Honor y Gloria a tu memoria.