La Xunta realizó un simulacro de aviso a la población dentro del plan de emergencias de la presa de Alcoa
30 nov 2016 . Actualizado a las 11:22 h.Los vecinos de San Cibrao y de Cervo estaban avisados, por lo que el sonido de las sirenas no les cogió por sorpresa. Todo sucedió en unos cinco minutos, a partir de las 10.30 horas de ayer, cuando se inició un simulacro incluido en el plan de emergencias de la presa de Río Cobo. La prueba se realizó en colaboración con los titulares de las infraestructuras, de Augas de Galicia, personal dependiente da Consellería de Medio Ambiente, así como responsables municipales y miembros del GES cervense. De forma simultánea, la Xunta también realizó otra prueba similar en el entorno del Ulla, en Touro y Vila de Cruces.
Se pretendían dos objetivos: garantizar la operatividad de los sistemas y que la población de la zona afectada reconociera el sonido de la sirena de aviso en caso de evacuación y de emergencia en el embalse. Recuerdan desde la Xunta que en Galicia hay 36 planes de emergencia de presa aprobados. «Os obxectivos que se perseguen con este tipo de plans é ter definidas as estratexias para facer fronte a situacións que comporten risco de rotura ou avaría grave, coñecer as zonas que quedarían anegadas en caso de rotura, e ter previstos os sistemas de aviso tanto á poboación, como aos organismos xestores de Emerxencias; son plans que buscan estar o mellor preparados posible para situacións que comporten riscos nestas instalación, e deste xeito garantir a seguridade dos cidadáns do entorno», explican.
Puesto de mando de la presa
En el caso de San Cibrao, en la oficina del puesto de mando de la presa supervisaron el operativo representantes de Augas de Galicia y de Alcoa, la jefa de explotación de la presa, un técnico que se encarga de las sirenas, el jefe provincial de emergencias, el concejal de Seguridade Cidadá de Cervo y el responsable del GES cervense, Mario Antuña, quien indicó que, de forma complementaria, efectivos del GES se desplegaron por diferentes zonas de San Cibrao para comprobar que el sonido se escuchaba perfectamente.
En la escuela infantil, donde atienden a 36 menores -la gran mayoría en horario de mañana- aprovecharon la prueba de las sirenas para realizar el simulacro de evacuación que se realiza en el centro al menos una vez al año. Los pequeños de la escuela cumplieron a rajatabla las indicaciones de las cuidadoras. Colocados en la línea azul salieron directos al patio nada más escuchar la sirena. Primero abandonaron las instalaciones los que ya caminan por su propio pie y al final, subidos en una cuna, les siguieron los más pequeños. Una vez que alcanzaron la zona de juegos se colocaron junto a una valla, tal y como indica el manual. Algunos sonreían, solo una pequeña lloraba y hubo alguno que pensó que aquello era una fiesta.
Alumnos de la escuela infantil aprovecharon
para hacer el simulacro anual