Las gaviotas plantan cara al hombre

S. SERANTES VIVEIRO / LA VOZ

CERVO

PEPA LOSADA

Un vecino de San Cibrao pide auxilio porque «o meu tellado xa é delas»

23 jun 2015 . Actualizado a las 07:40 h.

«¡Tíranse a min! ¡Non hai quen poida con elas!». José Rey, vecino de San Cibrao, ya no sabe qué hacer con las gaviotas que han elegido el tejado de su vivienda para anidar. Asegura haber «recurrido a todos os organismos oficiais posibles pedindo axuda, pero ninguén dá solucións». Cinco años soportándolas encima de su casa le han enseñado que son «un perigro, atácanme e teñen picos que cortan e desgarran». Ahora que están en plena época de reproducción, las gaviotas son todavía más agresivas. «Non me deixan subir ao tellado», lamenta José Rey. Por eso cuando lo hace se arma con un palo, para defenderse. Ninguna de las estrategias que ha utilizado le han valido para deshacerse de ellas.

«Cada pouco sácolles o niño, e cando me ven, non só me atacan o macho e a femia que puxeron os ovos: veñen todas a por mín», añade José Rey. Ha decidido contar su caso públicamente porque sabe que no es la única víctima de unas aves que antes eran pescadoras y que en los últimos años se han hecho urbanitas.

Ornitólogos han contado por cientos las parejas de gaviotas patiamarillas que viven en poblaciones mariñanas. Se han instalado en cascos urbanos, donde las quejas de los vecinos se suceden sin que hasta ahora se remedien los problemas que causan día y noche con sus graznidos, sus nidos y sus cagadas. Se han adueñado de tejados en numerosas poblaciones. Si durante el resto del año montan guardia donde hay contenedores de basura para llevarse la comida que pillen, desde que las terrazas hosteleras forman parte del paisaje urbano merodean alrededor. Por comida, llegan a plantar a cara a los humanos, además de pelear entre ellas.