Los arqueólogos hallan fragmentos que contribuirán a profundizar en las claves de la construcción de estos grandes buques del siglo XVI
25 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El proyecto de investigación ForSEAdiscovery está respondiendo a las expectativas que suscitó y ayer los arqueólogos submarinos que están recogiendo fragmentos del galeón hundido en la ría de Ribadeo pudieron ver y registrar piezas «de interés excepcional, porque no se conservan de otros barcos», manifestó Miguel San Claudio, uno de los arqueólogos, que además fue el que descubrió el galeón cuando controlaba los trabajos del dragado del canal de acceso al muelle de Ribadeo.
La importancia de esta embarcación es indiscutible. Muchos expertos lo encumbran como el galeón mejor conservado del mundo. Con sus 32 metros de eslora, el galeón era en el siglo XVI el buque oceánico por excelencia. En España no se ha recuperado ninguno. «El trabajo que estamos realizando es un tanto monótono, recoger muestras, y se prolongará previsiblemente toda la semana. Se están cumpliendo las previsiones porque estamos recogiendo muy buenas muestras», explicó San Claudio, quien añadió: «Pero es que, además, hemos hallado maderas excepcionales. Hemos visto piezas de madera que no aparecen en otros barcos similares, porque no se conservan. Hay algunas que ni sabemos lo que son. Hay de las escotillas, de los bajos, de sujeción de las cubiertas, puntales e incluso los mamparos... yo no sé de algún caso en el que se conserven los mamparos, las divisiones de madera del interior del barco. La verdad es que estamos viendo bastante material», que sin duda aportará información muy valiosa para ahondar en los sistemas de construcción de estos grandes buques, los mayores, del siglo XVI.
Pese a todo, Miguel San Claudio dejó claro que el estado del galeón no es ni mucho menos el mejor de los posibles. Las mareas han dejado a la vista partes del buque, que en un día de aguas claras se pueden apreciar desde una embarcación, como manchas, y que son fácilmente visibles para alguien que se sumerja. Son partes que, además, no están protegidas: «Cuando se colocó la malla se hizo sobre lo que estaba a la vista, expuesto, pero ahora han salido otras partes que no están protegidas». Urge, pues, actuar. Esta investigación ha servido para advertir de ello.
Recuperar el galeón es otra cosa. Miguel San Claudio lo apuntaba ayer así: «Primero habría que estudiarlo bien, determinar cuáles son sus circunstancias, ver si merece la pena. Lo que sí está claro es que un buque como este es necesario protegerlo y evitar que se siga deteriorando».
Ana Crespo y Miguel San Claudio desvelarán los secretos del barco en el Teatro
«En el fondo de nuestra ría yace un galeón del siglo XVI perteneciente a la Armada Invencible, en un estado de conservación excepcional...». Así reza el cartel que anuncia la conferencia de mañana viernes, a las 19.00 horas, en el auditorio de Ribadeo, sobre el galeón ribadense. La entrada es libre y gratuita. Hablarán Ana Crespo Solana, directora del proyecto ForSEAdiscovery y miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que expondrá el tema: «El galeón de Ribadeo en el marco de un proyecto europeo de impacto internacional: ForSEAdiscovery», y Miguel San Claudio, que abordará «La historia del Galeón de Ribadeo: pasado, presente y... futuro».
El «Mary Rose», un buque similar, tenía 78 cañones y llevaba 415 tripulantes a bordo
El galeón de Ribadeo guarda muchos secretos. Parte de ellos saldrán a luz con el análisis de las maderas. Pero lo que sí se sabe es que se trataba de una embarcación muy importante, entre otras cosas porque cuenta con un casco de doble forro, con una capa de plomo que en España se empezó a usar en 1514. También tenía una cubierta impermeabilizada, con la madera embreada y las juntas calafateadas.
Con sus 32 metros de eslora el galeón de Ribadeo iguala en tamaño al Mary Rose, el buque insignia de Enrique VIII de Inglaterra hundido en 1545, el único barco de guerra del siglo XVI rescatado del mar y que cada año es visitado en en el puerto de Portsmouth (Inglaterra) por miles de personas. Tiene un aparejo de cuatro mástiles, de cruz con mesana latina; su armamento lo componían 78 cañones y llevaba a 415 tripulantes a bordo (200 marineros, 185 soldados y 30 cañoneros), datos que realzan aún más la importancia del galeón hundido en Ribadeo, de similares características.