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Subida eterna, bajada fugaz

nino soto PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

Cuatro cicloturistas recorren la crono de 40 kilómetros de la Vuelta 2012

26 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Era el día perfecto para la práctica del ciclismo. Un grupo de aficionados al deporte que popularizaron corredores como Luis Ocaña, Perico Delgado y Miguel Indurain, cubrieron la contrarreloj entre Cambados y Pontevedra programada para la próxima edición de la Vuelta.

Es la crono de 40 kilómetros que se disputará el miércoles 29 de agosto, y que cuenta con el atractivo añadido de circular a los pies de los monasterios de Armenteira y el de Poio.

Era domingo, lucía el sol, y la temperatura en la cambadesa plaza de Fefiñáns era demasiado agradable para corresponderse en el calendario a un día de enero.

Los cuatro cicloturistas ya secaban el sudor de sus frentes. Raúl Laredo, Javier Fontán, Pablo Fernández y Marcos Pazos habían pedaleado desde la ciudad del Lérez para alcanzar el corazón de la villa del albariño.

En Cambados, montaron en sus bicis a las 11.25 horas, y a las 12.40 estaban cruzando una imaginaria línea de meta situada en la plaza de España de Pontevedra. En total, 75 minutos de pedales para completar los 40 kilómetros. Los cronómetros fijados en sus manillares registran una media de 28 kilómetros por hora. Los cuatro enfundaban la camiseta del club Bici O Con, equipo con más de 60 licencias federativas. Al completar el tramo, salen a la luz las primeras dudas. Se preguntan, por ejemplo, cómo los organizadores de la Vuelta calificaron como puerto de tercera categoría el ascenso al Monte Castrove.

Una crono híbrida

«No es que sea un puerto muy duro, pero es muy largo y muy exigente», sostiene Pablo Fernández. «El primero de los ocho o nueve kilómetros de subida se caracteriza por sus curvas serpenteadas y una pendiente de un 13 %», añade.

Raúl Laredo desgrana la crono, y explica que tiene dos segmentos. Una primera parte llana, rápida y que transcurre por una carretera ancha, y un segundo tramo en Monte Castrove, con un constante zigzagueo dibujado sobre un vial muy estrecho. «Si la elección de la bicicleta no es la correcta podría haber caídas», afirma Laredo. También advierte de que en caso de lluvia, sería todavía una bajada más peligrosa. Sus tres compañeros asienten sin dudarlo, y añaden a la fórmula la peligrosidad que supone la existencia de casas pegadas a la calzada.

Marcos Pazos bromea a raíz de la estrechez de la calzada en Castrove. «En la bajada como se asome un vecino por la ventana de su casa se lo llevan por delante», precisa. La bajada del monte es corta pero matona», añade Javi Fontán. «No es una crono para rodadores».

Los corredores tendrán una baza a su favor. El lunes 27, dos días antes de la contrarreloj, es la jornada de descanso. «Está claro que irán allí para comprobar cómo es el trazado», coinciden los cuatro deportistas.

También tienen claro quién ganará la etapa. «Si está Contador se la llevará él», indican. El madrileño está a la espera de la decisión que podría tomar el Tribunal de Arbitraje Deportivo sobre su juicio por el positivo de clembuterol en el Tour de Francia del 2010.

De lo contrario, sus favoritos para triunfar en Pontevedra son Samuel Sánchez (Euskaltel Euskadi), Luis León Sánchez (RaboBank) y Niballi (Liquigas).

Hay divergencias entre ellos sobre la importancia de la contrarreloj en el cómputo global de la Vuelta 2012. Raúl y Javi sostienen que, al ser una Vuelta montañosa, Cambados-Pontevedra no será decisiva en la carrera, mientras que Pablo y Marcos opinan justo lo contrario.

Al margen de la competición, lo que sí es indudable es que los amantes del ciclismo, y el público en general, estarán de fiesta en agosto, cuando el pelotón recorra los puntos más exquisitos de las Rías Baixas. «Para nosotros la presencia de la Vuelta aquí es como si se jugara un partido del Mundial en Pasarón», señalan los cicloturistas. «Estamos impacientes».