Verán. No es que nos hayamos vuelto locos, no. Les hablamos de una iniciativa solidaria que ha puesto en marcha el instituto de A Illa. Les cuento. En el centro educativo organizaron ayer un mercadillo con juguetes, peluches, libros y complementos que los alumnos habían traído desde sus domicilios. El destino del dinero recaudado será una oenegé que todavía no han decidido. Al mismo tiempo, aprovecharon para dar salida a las primeras lechugas y acelgas de su invernadero. En este caso, el dinero que recaudaron irá destinado a oenegés que se dediquen a la repoblación de los bosques; ya han contactado con dos, una en Perú y la otra en Brasil.
Muchos voluntarios
Las lechugas fueron cultivadas por los voluntarios del huerto -este año son muchos- que participan en el programa ambiental de Voz Natura, promovido por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre. Y, dado que este curso la temática de este proyecto se ha centrado en los bosques, han pensado que el dinero que recaudasen tendría que ser para ello.
Agotadas en un suspiro
Lo cierto es que la venta de verduras fue todo un éxito. En pocos minutos se acabaron las lechugas rizas. Después se agotaron las hoja de roble; y las acelgas, algo más remolonas, también tuvieron salida. No en vano son verduras totalmente ecológicas, abonadas con compost que generan en el centro.
Medio millar de árboles
Eran los primeros productos del invernadero, pero vienen otros muchos detrás. En esa instalación crecen, además de las lechugas y las acelgas, repollos y coliflor. Tienen también un semillero con maracuyá y alrededor de 500 árboles plantados en tetrabriks. Al aire libre continúan creciendo los frutales que plantaron en los últimos años y comienzan a verse los guisantes que han sembrado recientemente, igual que las fresas. En unas semanas pretenden plantar en el monte árboles autóctonos.