Decenas de cometas sobrevolaron ayer la playa de O Bao, en A Illa, dejando una estela reivindicativa a su paso. Hasta el viento, que soplaba con fuerza, puso de su parte para que la jornada organizada por la asociación Por Dereito fuese todo un éxito. Y es que a las buenas causas se apunta hasta la climatología. El objetivo de este evento -que ya llegó a su tercera edición- es fomentar la integración de las personas con autismo, un trastorno que afecta «a un de cada 150 nenos galegos» y que sigue siendo «invisible» para la administración.
Este año, la asociación Por Dereito decidió incluir la lectura de un manifiesto en el que condensaron su desencanto con unos recortes que tildan de «escandalosos». Julia Guillán puso voz al escrito de otra madre, Esther Cuadrado, y un altavoz amplificó las reivindicaciones y denuncias de las familias. La presidenta de la asociación, Cuca Da Silva, destacó que sus requerimientos no responden a un «capricho», sino que son la base que «puede garantizar que nuestros hijos sean autónomos el día de mañana». Trabajar con esta premisa es algo reservado para «mamis-guerreras», y las integrantes de Por Dereito se han ganado a pulso el apelativo.
Para conseguir la demandada «inclusión» de los niños diagnosticados dentro del espectro autista es necesario «apoyar la formación del profesorado, así como ayudar económicamente a las familias», señaló Da Silva. En ese momento, los niños dejaban a un lado las cometas para dar cuenta de la merienda. Pero la concejala de Benestar, Lola Folgar, que seguía de cerca las palabras de la presidenta, no dudó en intervenir para aclarar el papel de la Xunta: «El nombre de la Consellería tendría que ser de Malestar Social, y el primer recorte que se debería aplicar es el del sueldo de la conselleira», resolvió la concejala. Da Silva asentía, las cometas volvían a volar, y por su cabeza pasaban los terapeutas y logopedas que muchas familias ya no se pueden pagar.