Ahora que tenemos un poco de tiempo libre podemos ponernos todos a pensar. Eso sí, sin que sirve de precedente. Y puestos a pensar, podemos pensar que el Arosa está de primero en la tabla clasificatoria de la liga 2012-2013. Vamos a pensar también que la afición está encantada con el equipo y con su entrenador. Vamos a pensar que el fin de semana pasado el Arosa ganó y goleó al Mondariz y que en las gradas se escuchaban "olés" alabando el gran juego del equipo. Vamos a pensar que el tan ansiado ascenso ya está en nuestras manos o, mejor dicho, que ya lo estamos celebrando en una caravana arlequinada por toda la ciudad. Pensemos igualmente que Lino González tiene una idílica relación con todos los medios de prensa locales. Que no hay un solo periodista o locutor que no le adore. Y pensemos? Y pensemos... Que los burros vuelan y las vacas dan leche condensada?Pero?¡qué coño hacemos! (perdón) ¿Por qué pensamos en falsedades? ¡No perdamos el tiempo, cambiemos el "chip"!¡Miremos a la realidad de frente y recuperemos la memoria! La memoria que no existe en el mundo del fútbol? Pero hagamos una excepción y remontémonos al mes de Julio de 2010: nos daremos cuenta de que, en aquel momento, Lino González fue el único entrenador que tuvo lo que hay que tener para subirse a un barco que estaba a punto de naufragar. A algún otro le daba la risa cuando le proponías que se viniese a entrenar al Arosa aquella temporada. A Lino no, Lino es arosista, de casa, y él quiso contribuir, mano a mano con la Junta Gestora de aquel momento, a sacar el club del pozo en el que estaba metido. Y esa primera temporada de Lino al frente del Arosa, con un equipo de chavales de la casa y reforzado al final con cuatro jugadores importantes se consiguió salvar la categoría que era el objetivo fijado. Y la temporada pasada, con el mismo equipo, el Arosa estaba líder de la categoría después de 20 jornadas de Liga. ¡Y el entrenador era Lino González! Sin embargo, cuando los resultados no acompañan, como es el caso de esta temporada, todas las miradas se dirigen al mismo punto: el banquillo. Y en el banquillo estabas tú, Lino González, que tanto has luchado por este equipo y por esta plantilla a la que has sido leal hasta el último momento. Pero, como decíamos, en el futbol no existe la memoria, mandan los resultados, y los resultados a día de hoy han provocado que Lino tenga que abandonar este barco. Un barco que él, con su arduo trabajo, contribuyó a reflotar.Los resultados son números, y los números son fríos. Pero la gente que estamos en el club no. Y además sí tenemos memoria. Y la memoria nos recuerda que tú, Lino, has colocado la 1.ª piedra para que el Arosa recupere su grandeza.
Gracias Lino. Grande como persona y grande como entrenador.