La música invadió ayer el parque vilagarciano Miguel Hernández. Y lo hizo literalmente. Decenas de niños de entre 6 y 16 años se instalaban con sus instrumentos en cada una de las sombras que el jardín vilagarciano les proporcionaba, para jugar, tocar y fabricar intrumentos ante la mirada de sus orgullosos padres que asistían a sus mini-conciertos, o de los paseantes que a esas horas deambulaban por las cercanías.
Campamento itinerante
El motivo de tan amplio despliegue musical es la celebración del primer campamento musical ESMU. La iniciativa de la escuela municipal de música Bernardo del Río de Vilagarcía persigue acercar la educación musical a la calle, y hacerla visible a ojos de la sociedad. Para ello, 70 alumnos del centro se han inscrito en esta actividad voluntaria y gratuíta. El campamento se desarrollará a lo largo de la semana, y se clausurará mañana a la una del mediodía en el parque Miguel Hernández con un concierto cortesía de los alumnos. Es el parque, precisamente, el centro operacional de este movimiento que acerca la pedagogía musical a las calles. Pero el objetivo es que las aulas musicales vayan rotando a lo largo de la ciudad, colonizándola con sus notas musicales de las 10.30 horas a las 13.00 horas. Hoy, estos pequeños y abnegados músicos podrán disfrutar de colchonetas y atracciones hinchables gracias a la ANPA de la escuela.
Actividades musicales
Juegos tradicionales, talleres de manualidades y actuaciones musicales se dan la mano en este campamento. Para Victor, jefe de estudios del centro, la ventaja de la iniciativa reside en sacar de la opresión de paredes y aulas a alumnos y profesores, con más flexibilidad de grupos, y haciendo cosas diferentes a la rutina diaria. Mientras algunos alumnos se afanan en golpear los xilófonos al unísono, los más jóvenes contruyen shakers con sus propias manos, para después hacerlos sonar del mismo modo. En la terraza del bar que corona la plaza, decenas de personas contemplan un concierto instrumental de la banda. Al fin y al cabo, la música además de aprenderla, hay que tocarla.