
Con el Combate Naval, la fiesta compone el mejor fin de semana de agosto
18 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.No es ninguna novedad: la Festa da Auga mueve masas. Miles de personas -cuantificarlas es misión imposible- toman la ciudad ya la noche previa a la gran ducha colectiva en honor a San Roque. Se avecinan largas horas de fiesta de las que el sector hostelero saca un buen pellizco que alivia la presión de un año especialmente crítico. Los beneficios serían más, dicen los responsables de los locales de ocio nocturno, si la playa no se hubiese convertido en un punto de encuentro para quienes inauguran el Agua mojándose por dentro con toda suerte de líquidos espirituosos. «Si te fijas, el 80 % de la gente que andaba por la calle la víspera de la fiesta llevaba bolsas de supermercado llenas de bebidas», reflexionaba ayer Roberto Gerpe, presidente de Aithuvi, la asociación que aglutina a los hosteleros locales.
El botellón de la playa goza de una salud excelente. Lo demostró el jueves por la noche, logrando mantener entretenidas hasta bien avanzada la madrugada a miles de personas. «Los locales se llenaron tarde», explica Gerpe. Y los empresarios consultados le dan la razón. «Aunque haya mucha gente, si no consume en los pubs, a nosotros no nos repercute», abundan en la cuestión.
Aún así, la fiesta fue un balón de oxígeno para muchos establecimientos. Y no solo de la noche. Durante el día de San Roque, la hostelería trabajó a destajo. Sirviendo cervezas por litros y, también, bocadillos y todo tipo de vituallas con las que alimentar cuerpos agotados con tanta parranda y tanto chapuzón. «La restauración media trabajó muy bien», reflexiona el presidente de los hosteleros.
El Agua es un balón de oxígeno. Y el Combate Naval, que se celebró anoche, una segunda ronda. La suma de ambas celebraciones da para esbozar alguna sonrisa.