Irene Collazo y Clara Garrido lograron el premio a la excelencia académica
17 nov 2013 . Actualizado a las 06:38 h.Las chicas más listas de O Grove se llaman Irene Collazo y Clara Garrido. Sus expedientes académicos son tal que han merecido el premio a la excelencia que otorga el Concello. La primera de ellas ha logrado matrícula de honor en el bachiller y está estudiando Matemáticas. La segunda ha conseguido una de las 75 becas que otorgan las fundaciones Barrié y Amancio Ortega y está en Wisconsin haciendo el bachiller. El secreto de su éxito es bien sencillo: «Estudiar y hacer los ejercicios todos los días», explica Clara. «Lo importante es llevar todo al día», ratifica Irene.
Irene Collazo tiene 18 años y está actualmente estudiando Matemáticas, «porque siempre me gustaron mucho», explica. El pasado año terminó el bachiller con matrícula de honor. Unas notas que logró tras dedicarle, todos los días, «entre una y dos horas», al estudio. Es una chica de ciencias, más concretamente, de matemáticas, a pesar de la fama de dura que tiene esta carrera. «Eso dicen y eso parece, que es complicado. Por ahora vamos a ver cómo llevamos el curso», explica. Las clases le gustan, pero reconoce que habrá que esperar a enero, cuando se celebren los primeros exámenes, para ver cómo resulta la experiencia.
Desde Wisconsin
A miles de kilómetros se encuentra Clara Garrido. Cuenta su madre que en primero de la ESO impartieron en su colegio unas charlas sobre las becas para estudiar más allá de las fronteras españolas. Y a Clara se le quedaron grabadas. «Sacó primero, segundo y tercero con media de sobresaliente y cuarto con un 8,9», explica. Pero es que este último curso ya sabía que había sido una de las 75 estudiantes gallegas seleccionadas, entre las 600 que se presentaron, para disponer de una beca que le permitiría cursar primero de bachiller en Estados Unidos, más concretamente, en Wisconsin. A sus quince años, y sin dudarlo ni un minuto, hizo sus maletas y allá estará hasta el próximo verano. «Las cosas no me podían ir mejor», cuenta por correo electrónico, «tuve problemas la primera semana porque mis padres de acogida tuvieron un accidente y mi moral bajó mucho, pero nada más empezar el instituto todo mejoró», relata. Peor lo lleva su madre, «diez meses y medio sin poder verla es difícil, aún es una niña», explica.
De su experiencia, Clara destaca a la gente. «Es encantadora, todo el mundo te habla y la verdad es que tengo ya un buen grupo de amigos», sostiene. Hablar inglés todavía le cuesta, «pero noto que mejora cada día y que la gente me entiende». Sobre los estudios destaca que en Estados Unidos el sistema es completamente diferente. Considera que «la enseñanza aquí es más fácil que en España, pero se aprende más». Y es que no todo consiste en memorizar y repetir. «Te hacen pensar más, pero es muy fácil aprobar», argumenta. Clara está pensando ya en qué estudiar cuando termine el bachiller. Quiere ser médico, aunque reconoce que no es sencillo acceder a estos estudios en estos momentos. Pero, al igual que sucedió con la beca, está dispuesta a intentarlo. En su opinión, la experiencia americana le servirá de mucho cuando tenga que buscar un trabajo, «porque prefieren gente que sepa y pueda comunicarse fluidamente en lenguas extranjeras», afirma.
Un merecido premio
Sobre el premio que han conseguido, ambas se muestran muy orgullosas. Y aplauden la iniciativa recuperada por la concejala de Educación, Laura Besada, de premiar a los mejores expedientes. «Es perfecto, ya que aprecian mi esfuerzo y el esfuerzo de otras personas y puede concienciar a otras generaciones para mejorar sus expedientes», explica Clara. «Me parece bien lo de premiar a los buenos estudiantes, es una forma de dar ánimos», ratifica Irene.
El acto de entrega del galardón, que tuvo lugar ayer en el Concello, fue muy sencillo. Por sus buenas notas ambas estudiantes han recibido un diploma que las acredita como los mejores expedientes de su generación, y un cheque regalo de doscientos euros que podrán canjear en el comercio local.