Rosa «A Chíchara», la abuela de Cambados, sopla los 105 años

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

La centenaria cambadesa celebró ayer su aniversario con una tarta rodeada de familiares y seres queridos

30 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si la edad no pesara ya demasiado Rosa Lois Oubiña podría contar en primera persona una historia, la suya, merecedora de pasar a la intrahistoria de Cambados. Ayer cumplió 105 años, una cifra que sostiene una vida singular, no solo por su longevidad. También por cómo la ha pasado. Pocas mujeres de su edad en Cambados han tenido ocasión de hacer varios viajes de ida y vuelta a Estados Unidos. El último hace menos de una década, con 96 años, cuando Rosa A Chíchara todavía se valía perfectamente para coger un avión y emprender un vuelo transoceánico. Tenía un motivo poderoso. Visitar a sus queridos nietos, los vástagos de su hijo Jacinto y de María Luisa, a los que crio y tuvo que acabar dejando allá lejos, en New Jersey. Rosa estuvo 17 años en América, adonde se fue ya entrada en edad para acompañar y estar acompañada de los suyos. «

Pero ela dicía que quería morrer en Cambados

», relata su nuera María Luisa, de manera que hace veinte años volvió a hacer las maletas y puso rumbo a casa definitivamente.

 

 

Ida y vuelta a EE.?UU.

 

La morriña pesa y Rosa todavía se encontraba con fuerzas para disfrutar de sus últimos años cerca de su mundo. Porque, a pesar de haber estado tanto tiempo en USA se resistió a integrarse en una sociedad que habla distinto y cuyas costumbres le son totalmente ajenas. «

En tantos anos só dicía thank you

», relata su nuera. Afortunadamente, donde ella vivía había y hay una amplia comunidad española y portuguesa con quienes Rosa hacía mejores migas que con los yanquis. No sabemos si echó cuentas alguna vez de poder celebrar el siglo de vida en su patria chica y si cuando sopló las velas del centenar tenía la expectativa de alcanzar los 105, pero ahí está para verlo. No pasa por su mejor momento de salud pero su familia no quiso dejarla ayer sin su tarta de Costa y sin su Cumpleaños feliz. No podían faltar y no faltaron llamadas de la familia, también desde América, para felicitarla; por la noche estaba previsto un aluvión de visitas y para este sábado están pensando en preparar una fiesta en familia. Será imposible que estén todos los que son. No solo porque algunos nietos y bisnietos están a miles de kilómetros de distancia; es que su prole se cuenta por docenas. De sus nueve hijos le viven cuatro, dos mujeres, Rosa y Nera, y dos varones, Jacinto y Desio Padín. La mujer ha asistido a la muerte de sus otros cinco hijos, seguramente el peaje más caro de su larga trayectoria. Pero la vida sigue y le ha dado 40 nietos, 69 bisnietos y 12 tataranietos, el último nacido hace pocos meses.

 

 

Costurera de O Brexo

 

María Luisa y su cuñada tuvieron que tomarse ayer su tiempo antes de redondear las cifras. «

É que somos moitos»

, se excusaba minutos antes de acudir a la habitación donde descansaba Rosa a primera hora de la tarde. Su familia presume de súper abuela -«nós estamos encantados con poder celebrar os 105 con ela», afirman-, y Cambados también. No se sabe que el Concello haya organizado nada con motivo de esta notable efemérides pero hace cinco años, en el centenario, el alcalde Luis Aragunde en persona participó en la fiesta que le brindaron a Rosa en el asilo, donde se encontraba en aquel momento. Al poco tiempo decidió abandonar a las monjas y se fue a vivir cerca de sus hijos y nietos, con la nostalgia de haber perdido a su generación. «

Rosa traballou moito»

, cuentan Era costurera en O Brexo y durante muchos años tenía cita diaria con la aguja y el hilo. Pero esas andanzas hace mucho que quedaron atrás. Hoy toca otra etapa, y por muchos años.