Fomento concluye que el mal tiempo condenó al «Furacán», hundido en el 2009
BARBANZA
En el suceso perdió la vida el patrón de este pesquero sonense, Carlos Queiro
15 ene 2012 . Actualizado a las 07:09 h.El Ministerio de Fomento hace informes sobre los accidentes marítimos graves para examinar sus causas y formular recomendaciones para que puedan evitarse futuras tragedias. No persigue, por tanto, evaluar responsabilidades ni determinar culpas. En ese sentido, elaboró un trabajo sobre el hundimiento del pesquero sonense Furacán, que se llevó por delante la vida de su padrón, Carlos Queiro. Tras analizar todo lo sucedido en agosto del 2009, cuando fue al fondo la embarcación, Fomento concluyó, entre otras cosas, lo siguiente: «El barco zozobró porque se encontró con unas condiciones marítimas y meteorológicas excesivamente adversas para la carga en cubierta que transportaba».
Según el Ministerio de Fomento, que hizo su informe basándose en los testimonios de los testigos y en distintos documentos, la cronología de los hechos es la siguiente. Sobre las siete y media de la tarde del 28 de agosto del 2009, el barco salió de Portosín con tres tripulantes a bordo: dos marineros y el malogrado patrón. Su destino era la ensenada de Esteiro y los alrededores de la isla de A Creba, donde iban a recoger nasas de camarón.
Cuatro intentos fallidos
La recogida de nasas se encontraba al abrigo de los vientos. De hecho, se subieron al barco entre 280 y 300 aparejos de ese tipo, que fueron puestos en la cubierta. Luego, sobre la una de la madrugada, el patrón se dispuso a regresar a Portosín. Lo intentó en cuatro ocasiones distintas. En la última, debido al viento y al oleaje, la embarcación zozobró, sobre la 1.25.
Los tres tripulantes, «que no tuvieron tiempo de emitir ninguna señal de socorro», se subieron sobre el caso del barco a la espera de ayuda. Ninguno de ellos, según Fomento, llevaba puesto el chaleco salvavidas, aunque la embarcación sí disponía de ellos. Los dos marineros acabaron saltando al agua, pero el patrón se quedó sobre el casco. Le llamaron, pero ya no le dio tiempo y acabó hundiéndose junto al Furacán.
Tras buscar infructuosamente al patrón, los náufragos intentaron nadar hacia la costa, y acabó recogiéndoles un pesquero.
Dice Fomento que el mal tiempo condenó al barco. Pero también que algunas modificaciones realizadas en el pesquero tras su construcción «y el hecho de llevar más nasas de las autorizadas redujeron sustancialmente su estabilidad». Todo ello acabó con la vida de Carlos Queiro, al que en Porto do Son sigue recordándosele.