Dos de las capillas más emblemáticas de Muros no tienen culto por su deterioro

JOSÉ MANUEL SANDE MUROS / CORRESPONSAL

MUROS

La del Carmen se utilizaba todos los años con motivo de la fiesta de julio

21 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Dos de los elementos arquitectónicos religiosos de mayor relieve de la villa muradana, las capillas de las Angustias y la de la Virgen del Carmen, presentan un estado de conservación lamentable. Esta circunstancia ha motivado que en ellas dejara de practicarse el culto, que se impida el acceso vecinal a las mismas, e incluso, que el segundo de estos recintos dejase de ser el lugar tradicional en el que se veneraba a la patrona de las gentes del mar.

La capilla de las Angustias es uno de los edificios religiosos más antiguos del municipio, ya que su construcción data de 1665, lográndose su edificación gracias a aportaciones populares y al patrocinio de Domingo Giande y de su esposa. Esta capilla formó parte del complejo sacro de la primitiva parroquial de la villa, dedicada a san Pedro de Muros. Su ubicación, colindante al inicial muro de protección de la localidad, y junto a la que se creó el cementerio, le confirieron una importancia religiosa capital, hasta que se decretó que la colegiata de santa María del Campo ostentase la sede de la parroquia.

Tal circunstancia motivó que la capilla de las Angustias fuera perdiendo protagonismo, que los actos religiosos en la misma fueran decreciendo, y que esta ermita permaneciese cerrada gran parte del año. La ausencia de un cuidado continuado produjo su deterioro, más visible en su cubierta, pero que afectó al conjunto sacro. A mediados los años cincuenta del pasado siglo se retiraron las reliquias religiosas del altar, y desde entonces no se volvieron a realizar actos de culto en este lugar.

Obras a medias

Pese a ello, se realizaron en este recinto algunas tareas de reconstrucción, que afectaron especialmente al tejado, pero el resto de la obra diseñada para mejorar el recinto nunca se efectuó. El abandono alcanzó tal extremo, que llegó a destrozarse la puerta de acceso, y a su interior entraban todo tipo de animales, e incluso hubo personas que hicieron fechorías dentro.

La capilla dedicada a la Virgen del Carmen no pasó por mejores trances, aunque su deterioro, y el cierre definitivo al culto, es mucho más reciente, pues hasta los primeros años de este siglo dio cobijo a la venerada imagen patrona de las gentes del mar. Así, esta efigie religiosa pasaba todo el año en esta capilla, siendo trasladada a la iglesia parroquial a principios del mes de julio. El día de su onomástica volvía a este recinto, después de ser portada en procesión por la ría y por las principales calles del pueblo.

La capilla del Carmen se ubica en un barrio del mismo nombre, posee una solemne fachada en cantería, y destaca su bóveda, la amplitud del inmueble y el atrio construido a su entrada. Uno de los mayores problemas que afecta a su estructura lo constituye la carencia de aislamiento, en dos de sus laterales, de las fincas colindantes, lo que ha motivado frecuentes problemas de humedades. Esta circunstancia, unida, quizás, a problemas en su cimentación, ha provocado varias grietas, las cuales se agrandan y multiplican con el paso del tiempo.

En ambos casos es imprescindible actuar lo antes posible para impedir que sigan aflorando problemas, que pudieran ocasionar daños irreparables en las construcciones, especialmente en la ermita del Carmen.