Algunos lazos de acero se han encontrado cerca de núcleos poblacionales
14 abr 2012 . Actualizado a las 07:02 h.La sierra de Barbanza se ha convertido en su totalidad, y desde hace meses, en una trampa mortal no solo para los lobos híbridos, sino también para los ibéricos. Este problema se hizo público el pasado fin de semana, cuando aparecieron 25 trampas en forma de lazos de acero trenzado repartidos en el cierre de un terreno comunal en el lugar boirense de Runs. En un principio se pensó que estas trampas ilegales únicamente habían sido colocadas en esta zona, aunque ayer trascendió que también existían otras repartidas por toda la sierra barbanzana.
El presidente de los comuneros de Runs, Chans de Reis y Castelo de Vitres, Jesús Manuel Romero, desveló la aparición de otros lazos en diferentes puntos de este macizo que no pertenecen al municipio de Boiro. «Se han encontrado muchas más trampas en otros lugares que son ajenos a nuestra comunidad y ayuntamiento. Tanto el Seprona como nosotros ya retiramos algunas, pero no descartamos que existan otras que todavía no fueron localizadas», señaló. Este hecho fue confirmado ayer por fuentes del Distrito Forestal cuarto.
Jesús Manuel Romero explicó que el cierre en donde aparecieron los 25 lazos y murieron tres lobos pertenece a la comunidad de montes que preside. «El terreno está alquilado a uno de nuestros comuneros y se utiliza para el pastoreo. Ni las personas que tienen su ganado dentro ni nosotros conocemos a quien ha colocado las trampas, aunque este hecho no hizo ninguna gracia, ya que también estropeó un cierre muy costoso».
El máximo responsable de este colectivo de comuneros apuntó que también «se han encontrado lazos cerca de la aldea de Teaño, en Boiro, lo que supone un problema de seguridad para los vecinos.
Cartuchos de escopeta
Otra novedad que también ha trascendido en las últimas horas es la aparición de cartuchos de escopeta en las proximidades de la zona en la que aparecieron los tres animales muertos. Según explicaron en el colectivo ecologista Axena, los responsables de colocar las trampas utilizarían armas de fuego para «rematar» a los lobos que sobrevivieron durante días después de ser atrapados por los lazos.
Todas las partes implicadas en la investigación de las tres muertes coinciden al señalar que podrían existir más casos de lobos abandonados a su suerte en la sierra después de caer en este tipo de trampas. Por este motivo, nadie se atreve a asegurar que la población de lobos siga decayendo cada día que pasa.