Barbanza presume de setas

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La semana micológica se cerró con la exposición de sesenta especies

05 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Semana Micolóxica que desde el lunes se vino desarrollando en Ribeira no podía tener mejor colofón. Este llegó ayer en forma de una exposición, en la que se exhibieron sesenta especies, y de una ruta de tapas por una decena de establecimientos hosteleros de la ciudad. A través de estas dos iniciativas, las setas conquistaron a los vecinos a través de los sentidos del gusto y la vista.

El buen ambiente que se registró a la hora del vermú en los locales participantes en la ruta micológica sirvió para confirmar un éxito anunciado, pues a cada una de las seis conferencias que se celebraron desde el lunes acudieron una media de cuarenta personas. A través de estas charlas, los barbanzanos tuvieron ocasión de conocer las características de distintas especies, tanto comestibles como tóxicas.

La jornada práctica del sábado fue quizás la más interesante, pues los aficionados a la micología realizaron una visita guiada por el monte Iroite, identificando y recogieron setas de la mano de expertos en la materia. La ruta fue muy provechosa. Prueba de ello fue la exposición de hongos que ayer se instaló en el bar Plaza. La formaban una selección de las especies más comunes de la zona, como Lactarius deliciosus, níscalo, cantarela o sendeiriña; y otras como la amanita torrendii que rara vez se encuentra en la comarca, pero que la expedición localizó en las inmediaciones del parque de San Roque. Se trata de un ejemplar que está en la lista europea de especies a proteger. Los aventureros también hallaron alguna que otra boletopsis leucomelaena.

Completaron la exposición hongos propios de otros lugares, como una langermannia gigantea, procedente de Gijón y del tamaño de una calabaza. Y para finalizar una semana grande, nada mejor que paladear algunas de estas especies, preparadas en tortilla, en revuelto, en risotto o como parte del relleno de unos pimientos del piquillo.