
Suele decirse que de lo malo siempre surge algo bueno y eso es lo que ha ocurrido en Noia. A raíz del caso de la perrera de Rianxo en la vivían hacinados en unas condiciones imposibles decenas de perros, en Noia comenzó a organizarse un movimento que ha desembocado en la creación de una nueva protectora de animales, Arca, que ya trabaja en buscar un hogar a una docena de animales abandonados.
Cuentan los promotores de esta iniciativa que todo surgió del deseo de «botar unha man». Poco a poco la idea fue tomando forma y la protectora está dando ya sus primeros pasos con notable éxito. Aseguran que están logrando una gran colaboración en vecinos dispuestos a hacerse socios o a donar objetos de todo tipo que luego la entidad puede vender en el mercadillo noiés para captar fondos: «É a única maneira que temos de costear os gastos veterinarios e de desparasitación dos cans».
Pero toda ayuda es poca, así que desde Arca tienen en marcha una campaña de captación de socios para seguir creciendo y desarrollan iniciativas para darse a conocer, como una mesa informativa celebrada hace unas semanas en la que, además de ofrecer información, lograron varias adopciones. Tampoco andan sobrados de casas de acogida para los perros que recogen en la calle, el único recurso con el que cuentan mientas buscan la forma de poner en marcha un refugio: «Agora non podemos acoller todos os cans que quixéramos».