Dos nuevos focos en Maceiras, Carnota, pusieron en alerta a los vecinos de la zona
17 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Después del fuego, ya completamente extinguido, quedan las cenizas y esas centran ahora la preocupación en todo el entorno del monte Pindo, por los efectos que pueda tener el arrastre de hollín y tierra, tanto sobre el propio espacio natural, como en los bancos marisqueros que hay desde O Ézaro hasta Caldebarcos. Las consellerías de Medio Ambiente y Medio Rural, según explicó ayer la Xunta en un comunicado, han creado un grupo de trabajo conjunto en el que los técnicos buscan la mejor manera de regenerar las áreas de mayor valor ecológico y evitar, en la medida de lo posible, estos arrastres.
Minimizar ese lavado del terreno tiene una importancia clave en la recuperación del monte, porque según explican varios vecinos de la zona, entre ellos el responsable de Protección Civil de Dumbría, Raúl González, «o Pindo xa ardeu noutras moitas ocasións e sempre se repoboou el só, pero cada vez quédalle menos terra. Dentro de pouco xa vai ser só pedra e entón ás árbores non teñen onde asentarse».
Este problema no es desconocido en la zona donde siguen muy presentes los incendios que afectaron a buena parte de los montes de Barbanza y Muros en el 2006, que fueron seguidos de riadas que causaron importantes daños en los bancos marisqueros.
Situación actual
El monte Pindo sigue ocupando todas las preocupaciones de los vecinos de Carnota, Mazaricos y Dumbría. Ayer, el riesgo por tener que hacer frente a reproducciones seguía angustiando a muchos de los residentes en la zona, que no dejaron de mirar hacia el macizo durante todo el día. Motivos para estar asustados no faltaban. En la madrugada del lunes, dos nuevos focos volvieron a sembrar el pánico en el lugar de Maceiras, en Carnota. Se trata de una zona que todavía no había ardido del todo, pero que en los últimos 15 días registró una elevada actividad incendiaria con al menos seis conatos en el perímetro de esta aldea, que no llegaron a avanzar gracias a la rápida intervención, principalmente, de los vecinos.
El municipio de Boiro también vivió en la madrugada del lunes otro foco en Comoxo, que abrasó unos 7.000 metros cuadrados de monte arbolado. Trabajadores del servicio de emergencias municipal y efectivos de la Xunta participaron en el operativo de extinción.