El pueblo de Muros acudió de nuevo a la convocatoria de Cáritas para ayudar a los menos favorecidos. En esta ocasión se organizó una cena en el restaurante del cámping A Vouga de Louro, a la que asistieron cerca de doscientos comensales. El menú era lo de menos, aunque la gerencia del local estuvo a la altura, los camareros renunciaron al cobro de sus salarios y los asistentes salieron satisfechos con la velada.
El párroco de la villa, Alfonso Mera, agradeció la presencia de los asistentes, pero también el interés que se aprecia en la población a la hora de ayudar al necesitado. Destacó la labor que vienen realizando los voluntarios locales de Cáritas, animándoles a proseguir en esta acción. Ya en los postres, se emitió un vídeo comentado en el que se informaba de la labor que viene realizando esta entidad, animando a los presentes a hacerse socios.
Las necesidades actuales van desde las meramente alimenticias a otras referidas a alquileres, pagos de suministros, material escolar, ayudas para obras imprescindibles e incluso atención psicológica.
Cerca de una docena de personas se ocupan en Muros de coordinar las actividades de Cáritas. En el municipio existe otra entidad, en Esteiro, que realiza tareas similares. La magnitud de las ayudas no cubre aún todas las necesidades.
Las cuotas de asociados, las aportaciones periódicas que se realizan, la cuestación, la disputa de la carrera popular de la piscina municipal y las aportaciones del Concello, la Iglesia y otras entidades privadas son los recursos de los que dispone esta entidad.