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La vieja banda infantil de Taragoña vuelve a sonar

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El centro cultural ha reunido a 50 miembros de la antigua agrupación

16 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Funcionó durante poco más de una década, pero la banda infantil de Taragoña dejó una profunda huella en Barbanza y logró incluso convertirse en un referente a nivel gallego. Durante su época dorada, llegó a aglutinar a casi setenta chiquillos. Ahora, más de treinta años después, el centro cultural de la localidad ha propiciado el reencuentro de aquellos niños. El objetivo es que ofrezcan un concierto a principios de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la fundación de la entidad.

Fue en el seno del Centro Cultural y Deportivo de Taragoña donde, en 1976, inició su andadura la banda infantil. El objetivo era ofrecer a los chavales la oportunidad de aprender solfeo e iniciarse en algún instrumento. Pero, para sorpresa de los dirigentes del colectivo y de los músicos implicados en el proyecto, la experiencia alcanzó dimensiones inimaginables.

Memorable fue la participación del grupo en el programa de la Televisión Española 300 millones, en el que interpretaron un clásico gallego: Negra sombra. Sin embargo, tras incontables actuaciones por todo el territorio gallego y la grabación de dos discos, el último de la mano de Prudencio Romo, la singladura de la banda llegó a su fin apenas una década después de que sonaran los primeros acordes en el centro cultural de Taragoña.

España a la batuta

Ahora, convertidos en adultos, algunos de ellos dedicados profesionalmente al mundo de la música, medio centenar de aquellos chiquillos han vuelto a hacer sonar sus instrumentos en el edificio vecinal de la localidad rianxeira. El centro cultural ha confiado la dirección de esta nueva banda al que, en el pasado, se dedicó de la puesta a puntos de los músicos, José España. El boirense todavía recuerda el esfuerzo que en su día tuvo que realizar: «Agora vas a Taragoña e atopas músicos por todos lados, pero cando eu cheguei non había nin o primeiro. Había caldo de cultivo, pero o traballo foi enorme».

De hecho, España comprueba ahora con gran orgullo la evolución de aquellos niños que llegaron a sus clases sin haber tenido contacto previo con la música: «Algúns son mestres e outros pertencen á banda de Santiago». Otros, sin embargo, nunca más han hecho sonar sus instrumentos, lo que dificulta el pretendido reencuentro: «Non hai moita queixa, están collendo bastante ben o hábito».

Para esta difícil misión que le ha encomendado el Centro Cultural de Taragoña, España cuenta con la colaboración de dos músicos veteranos, que también en el pasado estuvieron vinculados a la banda infantil. Se trata de los hermanos Francisco y José Ces Lorenzo. Esta último confesaba la grata sorpresa que le dieron cuando recibió la propuesta: «Estou encantado rememorando uns tempos que para min foron moi fermosos».

Tanto los directores como sus músicos se han tomado muy en serio el reto que les ha planteado la directiva de la entidad vecinal de Taragoña. Tres veces a la semana se reúnen para ensayar en el centro cultural. Ni siquiera ponen excusas para destinar a este fin la mañana de los domingos. En su agenda tienen marcada, como fecha clave, el 8 de diciembre. Ese día, los vecinos podrán valorar el resultado de un trabajo que, a priori, se merece un sobresaliente.