La crisis y la corrupción protagonizaron las murgas ribeirenses
05 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Ironía, mucha ironía, destilaron ayer las siete murgas que participaron en el concurso celebrado en Ribeira. La lluvia se negó a dar una tregua y hubo que suspender el desfile, pero el espectáculo desarrollado bajo la carpa del Malecón, con Segundo Durán, Chiqui, como maestro de ceremonias, fue seguido por numeroso público.
En las coplillas de las murgas que aspiraban a ver recompensado su trabajo con algún premio abundaron las ironías sobre la corrupción y la crisis. Los vencedores fueron A Redonda Vella de Castiñeiras, con su Whatsappeando. De paso que se metían con la infanta también dejaron caer algunos problemillas de la parroquia, como las filtraciones de agua en la casa de cultura o la situación de la explanada de O Castro.
El jurado, presidido por la edila Aroa Fernández e integrado por Kika Fernández, Enrique Paisal, Ali Padín, Ángeles Pérez y Cristina Riveiro, otorgó la segunda máxima puntuación al grupo de pilotos de Ferrari, diseño exclusivo de la Asociación de Veciños de Carreira, que aprovechó su apropiada indumentaria para pedir que finalice cuanto antes la construcción de la rotonda de Xarás. El tercer puesto fue para los marineros de la murga Marajota e Media de Vilaxoán.
En Noia y Rianxo, la actividad estuvo dirigida a los más pequeños. En ambos casos tuvieron ocasión de participar en talleres de elaboración de máscaras y de divertirse con juegos. En la villa rianxeira no faltaron los dulces típicos.
Vistosidad e imaginación fueron los ingredientes que aderezaron en la tarde de ayer el desfile de disfraces realizado en el pabellón de Porto do Son. Por allí pasó un nutrido grupo bajo el epígrafe de Las cien marabillas do Son. Una larga fila de caperucitas rojas se pasearon de la mano con el lobo feroz, mientras un grupo de mexicanos ponía calor al ambiente.