Detenido un vecino de A Pobra que amenazó con un hacha a su pareja en la calle

María Hermida
María Hermida RIBEIRA

BARBANZA

La mujer se negó a denunciarle pero el ciudadano fue arrestado igual por desobediencia y alteración del orden público

06 abr 2014 . Actualizado a las 18:44 h.

F.J.I.S., un vecino de A Pobra que ya estuvo en prisión provisional por episodios de violencia machista contra su exmujer, volvió a las andadas. En esta ocasión, no actuó contra su expareja, sino, presuntamente, a otra persona con la que al parecer mantiene una relación. Todo empezó sobre las once de la noche del sábado. Desde un bar del casco urbano llamaron a la Policía Local alertando de que este hombre, armado con un hacha, estaba amenazando a su pareja. Los agentes iban a desplazarse al lugar de los hechos cuando la supuesta víctima llegó ya a las oficinas policiales. Ella, en medio de un llanto desconsolado, les explicó que había mantenido una discusión con su pareja en casa y que ella misma salió a la calle con el hacha para defenderse de él, pero que se le cayó y él la cogió, amenazándola luego con ella. Explicó que, presa del pánico, se metió en el coche de una camarera que nada sabía de todo este asunto y le pidió que la llevase a junto los agentes, mientras su pareja intentaba que el vehículo no lograse arrancar, vociferando y armando escándalo en plena calle. Los agentes intentaron que la mujer pusiese una denuncia, pero ella se negó y acabó marchándose a su casa sin más.

Tiempo después, patrullando por A Pobra, los agentes se encontraron con el hombre, que al parecer estaba bajo los efectos del alcohol, le preguntaron por los hechos y negó que hubiese hecho nada. Es más, incluso hizo un relato en el que él era la víctima de una agresión. Sin embargo, sobre las tres de la madrugada, los vecinos de la calle Fernández Varela llamaron alterados a la policía, indicando que este varón estaba golpeando la puerta de la casa de su pareja con un palo, que ya había roto los cristales y que no dejaba de insultarla y amenazarla. La policía fue al lugar y, efectivamente, comprobó que todo era cierto. Es más, delante de los agentes, el hombre se quitó la camisa, se tiró en el suelo y luego se abalanzó, en medio de la carretera y con el vehículo prácticamente en marcha, sobre el coche policial. La noche acabó con el hombre esposado y detenido por desobediencia, resistencia y alteración del orden público. La mujer, pese a todos estos episodios, siguió sin querer denunciarle.