Voz Ánima denuncia que algunos propietarios de reses eluden su obligación de mantener a los animales, y el colectivo lo desmiente
09 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La llegada de la primavera, que con temperaturas más cálidas hace más cómoda la vida del ganado en la sierra de Barbanza, no ha corregido el problema generado durante el pasado y duro invierno que derivó en la aparición de reses muertas por el frio y, sobre todo, la falta de alimento. En los últimos días, y según explican quienes recorren con frecuencia el macizo barbanzano, han aparecido cinco caballos y terneros muertos recientemente por desnutrición. Se trata de ejemplares que, en algunos casos, dependen de sí mismos para buscar alimento, y de otros que se encuentran en terrenos vallados y cuyo sustento es responsabilidad de sus propietarios.
Buena parte de estas reses fallecidas, y localizadas en la zona pobrense de A Portela, evidencian un avanzado estado de descomposición. Aún así es posible percibir que en el momento de morir estaban extremadamente delgadas. El colectivo animalista barbanzano Vox Ánima, que ha hecho pública esta situación, tiene claro el motivo de las muertes ahora que el frío y la lluvia han pasado. El presidente de esta entidad, José Carlos Vidal, apunta directamente a algunos ganaderos, que, según dice, descuidan su obligación de alimentar al ganado para evitar el coste que conlleva.
Para Vidal el origen «de la tragedia» está claro. Señala que este colectivo recibe ayudas de la Xunta por cada animal que posee y de la Política Agraria Común. El problema, concreta Vidal, es que «una parte de los ganaderos no muestran interés alguno en gastarse ni un centavo en el bienestar e, incluso, la alimentación de sus vacas, sobre todo los que tienen un número mayor. Y esta es la causa de la muerte de la mayoría de los animales en Barbanza. Cada cierre se cede en explotación a un grupo de ganaderos, quiénes, se supone, deben procurar alimento a los animales».
Un representante de los ganaderos en Barbanza, Manuel Boo, explica que este argumento es mentira: «Os animais aínda están sufrindo as consecuencias do inverno. Están ben alimentados, pero o frío que pasaron segue pasándolles factura».