La Guardia Civil estrecha el cerco sobre dos sospechosos de la desaparición de Diana Quer
BARBANZA
El seguimiento policial se complementa con la intervención de varios teléfonos móviles
23 oct 2019 . Actualizado a las 20:38 h.De Barbanza, violento, consumidor de estupefacientes y con antecedentes por narcotráfico, delitos de agresión sexual o violencia machista. Este es el perfil tipo que hace unos días trascendió sobre la persona o personas que, según consta en las diligencias policiales, podrían estar implicadas en la desaparición de Diana Quer el pasado 22 de agosto en A Pobra do Caramiñal, su localidad de veraneo desde hace unos 15 años. Ahora, sobre ese retrato delictivo y personal que hasta hace unas jornadas, al parecer, no se atribuía a nadie en concreto, se ha dado un paso más al dirigir los esfuerzos de una parte de la investigación sobre dos individuos perfectamente ubicados en Arousa norte, y concretamente en una zona situada a pocos kilómetros de Taragoña.
Las pesquisas realizadas han llevado a señalar a estos dos varones como los principales sospechosos, aunque, al parecer, las pruebas e indicios acumulados tendrán que reforzarse mucho más para tener garantías de dar con el paradero de la chica y de que, de darse el caso, los cargos que se les imputen a los dos individuos puedan llegar a buen puerto con sentencias que los condenen por su implicación en esta mediática desaparición. Lo que podría sustentar su implicación es la información que se espera obtener del teléfono móvil de Diana Quer, y en concreto, de la tarjeta SIM.
Contexto comarcal
Esta otra rama de la investigación no se focaliza en Taragoña, sino que amplía el perímetro del caso a Boiro y a A Pobra, donde se inició después de que la madre de Diana Quer presentara la denuncia ante la Guardia Civil el mismo 22 de agosto.
El seguimiento de estos individuos empezó hace ya algunas semanas e incluye la intervención de teléfonos móviles de, al menos, estos dos sospechosos. Aunque no se descarta que pudiera estar pinchado algún dispositivo más, y siempre con autorización judicial, requisito imprescindible para recurrir a estos métodos, al igual que para la colocación de balizas de seguimiento en vehículos. Las zonas en las que habría dispositivos telefónicos intervenidos son Boiro, A Pobra o Taragoña.
En todo caso, y según recuerdan las fuentes consultadas, Barbanza es una zona caliente del tráfico de drogas y, en el marco de otros trabajos policiales, existen más celulares pinchados que también podrían aportar información, sobre todo si se tiene en cuenta que, al menos, uno de los dos sospechosos investigados estaría implicado en el narcotráfico. En todo caso, resulta necesario aclarar que, además de teléfonos móviles, también podrían estar intervenidos otros que tengan una función pública, como pueden ser cabinas en la calle o en negocios hosteleros. Lo que no ha trascendido todavía es en qué momento, y con qué pruebas, estos individuos pasaron a ocupar los primeros puestos en la lista de personas que podrían haber estado implicadas en la desaparición de Diana Quer.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, que comparten la investigación, han contado para este trabajo con la ayuda de otros compañeros del instituto armado. Se trata del Grupo de Apoyo Operativo (GAO), un equipo cuyos integrantes son expertos en realizar seguimientos haciendo uso de alta tecnología y que suelen ejercer de refuerzo en casos muy complejos, como el iniciado a raíz de la desaparición de esta joven de Madrid en su localidad gallega de veraneo y en unas circunstancias muy extrañas.
En el GAO es habitual, cuando se involucra en una investigación, disponer de una serie de herramientas que facilitan mucho el buen desarrollo de sus operaciones. Se trata de equipos electrónicos e informáticos con los que seguir la pista de personas que están en el punto de mira, como son los dos barbanzanos que están siendo sometidos a un proceso de vigilancia desde hace días en la zona de Arousa norte. Es más, según las fuentes consultadas, se trataría de individuos que no tendrían por qué haber participado juntos, inicialmente, en la desaparición de la joven madrileña, pero, suponiendo que se hubiera producido un final trágico, es probable que el principal culpable recurriera al otro sospechoso para pedirle ayuda.
Una de las conclusiones que se manejan en la investigación es que, al menos, la persona que habría lanzado el teléfono de Diana Quer a la ría para hacerlo desaparecer no respondería a un perfil especializado en cometer cierta clase de delitos, como el de hacer desaparecer a una joven, y mucho menos en guardar la calma en un momento de tensión. El hecho de que el teléfono se arrojase al mar, en la ensenada de Beluso, hace pensar que el responsable actuó en caliente y sin pensar en otras opciones que dejaran menos rastro, sobre todo si se valora que esa zona del litoral es rastrillada a diario por un buen número de mariscadores.
Desalinización
Otro pilar básico de la investigación de este caso, quizás el más importante hasta el momento, es el teléfono móvil de Diana Quer. Ayer, y según explicaban algunas fuentes, el dispositivo ya se había sometido al tratamiento de desalinización. Esta es la primera parte del trabajo fijado, y que se ha completado dentro del plazo previsto para poder dar el empujón necesario a la investigación que, según las diferentes partes consultadas, podría haber entrado en su momento más crucial desde que empezó hace más de dos meses.