Un estrecho acceso en el que las maniobras al volante son obligadas

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro PORTO DO SON / LA VOZ

BARBANZA

c. Queijeiro

Los vecinos reclaman un nuevo vial por el que sí puedan entrar ambulancias, bomberos y otros servicios básicos

03 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La pista entre Tarela y Tarrío, en la parroquia de Queiruga (Porto do Son), no es un trayecto recomendable para conductores inexpertos, aunque ese es el menor de sus problemas. El viejo camino no se construyó pensando en los automóviles y su estrechez impide el paso de ambulancias, bomberos y otros servicios básicos. Los vecinos del lugar, algunos con hasta tres personas dependientes en casa, llevan más de un año reclamando que se construya un nuevo vial que ponga solución a los problemas de acceso y evite situaciones como las que se vivieron este verano, con un dificultoso desalojo ante el acecho de las llamas.

La medida beneficiaría a medio centenar de casas, aunque los mayores perjudicados son las personas que residen en el alto de Tarrío, porque son las que más alejadas se encuentran de la general, conectadas por una pista con dos entradas a la AC-550, pero ninguna de ellas permite el paso a más de un coche a la vez. Los de mayor tamaño no entran en algunos puntos o tienen que plegar los retrovisores para hacerlo.

Algunos vecinos han llegado a sacar el tractor de un cobertizo cubierto y lo mantienen abierto y sin cierre frontal para que, de encontrarse dos coches a esa altura, uno pueda meterse dentro y permitir el paso al otro. «O tráfico é unha barbaridade», asegura una mujer de la zona, lo que hace que estas situaciones se repitan de forma frecuente. Otra, entre bromas, señala que «aquí somos todos expertos en dar marcha atrás», dice con una amplia sonrisa y gesto cómplice.

Marcas para ensanchar la pista

Lo cierto es que hay una obra proyectada para ensanchar la pista en los puntos en los que se puede ganar unos centímetros. Unos técnicos del Concello recorrieron el camino en septiembre, «xusto antes das eleccións autonómicas», puntualiza una vecina con intención, marcando aquellos muros y esquinas de inmuebles que se pueden rebajar para facilitar el paso a los coches.

Al regidor sonense, Luis Oujo, le consta que una buena parte de los afectados no se conforma con esta actuación, ya que tampoco solucionaría el problema para que entren vehículos de asistencia. Piden que se construya un nuevo acceso «en condicións» hacia las viviendas que se encuentran en el punto más alto atravesando media docena de fincas. «Iso farase nunha segunda fase, despois de ensanchar a vía actual», señala el mandatario.

En cuanto al problema de que no haya canalizaciones de pluviales y que la pista se convierta en una cascada cuando arrecian las lluvias, Oujo asegura que también se llevará a cabo, junto con la dotación de saneamiento a la parroquia de Queiruga. Los vecinos, por su parte, exigen, después de un año y medio, que «empece a cumprir as súas promesas».