Porto do Son, Lousame y Mazaricos tienen pendiente la puesta en marcha de plantas
21 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«O saneamento dános moitos quebradeiros de cabeza e moitos gastos», afirma la alcaldesa de Lousame, Teresa Villaverde, cuando se le pregunta por la situación de la red de alcantarillado en su municipio. Lo cierto es que, pese a las millonarias inversiones efectuadas en los últimos años, el saneamiento sigue teniendo numerosas carencias en Barbanza y ni siquiera está completo. Todavía faltan por construir o poner en marcha cinco depuradoras, de mayor o menor tamaño, en Porto do Son, Mazaricos y Lousame.
A esto hay que sumar casuísticas como la de Muros, donde la entrada de agua salada en las dos estaciones de tratamiento constituye un auténtico quebradero de cabeza; la de Ribeira, ya que la entrada en funcionamiento en período de pruebas de la planta de Couso está provocando molestias a los vecinos; o la de Mazaricos, cuyo alcalde explica que parte de las depuradoras en funcionamiento no estaban debidamente legalizadas y ello ha conllevado la imposición de sanciones al Concello.
Situaciones paradójicas
Todavía hay un buen puñado de núcleos distribuidos por la comarca cuyos residuos no se someten a tratamiento alguno, pero lo más sorprendente para algunos mandatarios es el hecho de que son los procedimientos de la propia Administración los que ralentizan la implantación de las medidas correctoras.
Este es el caso de Porto do Son. La EDAR que debe dar servicio a Caamaño y Xuño continúa inoperativa y la instalación que está proyectada para cubrir las parroquias de San Pedro y Queiruga no acaba de materializarse, entre otras cosas, por la maraña burocrática. El alcalde, Luis Oujo, explica que uno de los informes que faltan por emitir es el de un departamento que depende de Augas de Galicia, que, por otra parte, es el organismo que licitará la obra: «A nós sanciónannos porque hai verteduras e nós dicímoslles que estamos pendentes de que nos fagan a depuradora. Isto xa debería estar resolto».
También sobre demoras habla su homólogo mazaricano, Juan José Blanco Riveiro, quien comenta que hace unos seis meses que aguardan por un informe para la construcción de una planta de tratamiento que, manifiesta, es muy pequeña porque «só é para dar servizo a un núcleo que ten seis vivendas».
Los responsables municipales manifiestan que destinan una gran cantidad de recursos a efectuar inversiones destinadas al saneamiento, utilizando para ello las aportaciones que proceden de los planes provinciales de la Diputación o subvenciones de la Xunta.
A mayores, los alcaldes intentan gestionar con la Administración autonómica los fondos precisos para hacer las obras más costosas. Precisamente, en esta fase se encuentra ahora la regidora lousamiana, Teresa Villaverde. Subraya que se están tramitando los proyectos para las EDAR de Servia y Seixido-Filgueira: «Trátase dun investimento que xa está comprometido e agardamos que se faga para o vindeiro ano». Por ahora, el Concello ya ha conseguido la entrada en funcionamiento de la planta de Tállara y, como dice Villaverde, «intentamos ir paso a paso».
También en Muros tendría que acometerse una actuación para que la depuradora de Esteiro pudiera dar servicio a los núcleos de Abelleira y Torea, que carecen de la prestación.