Los registros civiles, colapsados por las solicitudes para lograr la nacionalidad

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El de Ribeira tiene 600 peticiones sin contestar y el de Noia, unas 350: «Recibimos entre dez e doce chamadas ao día»

07 mar 2024 . Actualizado a las 14:36 h.

La entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática abrió un período de dos años para que hijos y nietos de las personas que en el pasado emigraron puedan obtener la nacionalidad española. Ese plazo concluirá el próximo mes de octubre. Mientras, los juzgados registran una auténtica avalancha de solicitudes de certificados de nacimiento de sus antepasados, un documento que supone el primer paso para demostrar el vínculo con España. Los de Barbanza están al borde del colapso.

En el registro civil de Ribeira hay nada menos que 600 peticiones de este tipo pendientes de tramitar. La mayor parte, un 80 %, proceden de Argentina, mientras que el resto se reparten entre otros países latinoamericanos, como Cuba o Brasil. Buena parte de las solicitudes llegan a través de la plataforma electrónica habilitada por el Ministerio de Justicia, pero pasado un tiempo, quienes las envían recurren al teléfono para saber en qué punto se encuentran los trámites: «Recibimos entre dez e doce chamadas ao día», comentan desde la oficina de Santa Uxía.

La situación es similar en el registro civil de Noia, donde hay pendientes entre 300 y 350 solicitudes. Cuba, Venezuela y Argentina son los principales países de procedencia, pero también se han hecho gestiones desde Estados Unidos y Australia. «Estase producindo unha auténtica avalancha», señala el letrado encargado de este servicio, José Manuel Vaamonde. Cifra en unas tres mil las solicitudes de este tipo que se recibieron en la oficina desde octubre del 2022, cuando entró en vigor la nueva ley.

A la gran cantidad de peticiones que llegan se suma la dificultad para darles salida, debido a la escasez de datos aportados: «En moitos casos non saben o ano concreto de nacemento nin o municipio, só nos achegan un nome completo e a provincia, o que complica a busca».

Cuatro horas de búsqueda

Tal es la situación que emitir algún certificado puede suponer hasta cuatro horas de trabajo, un tiempo inasumible por las plantillas de buena parte de los registros, que no se han visto reforzadas: «Quítanos moito tempo e non o temos, porque estas son oficinas de atención ao público», dicen desde Ribeira.

Y en buena parte de los casos, el trabajo se hace en vano, puesto que el resultado de un alto porcentaje de las solicitudes que llegan a los registros de Barbanza es negativo. En Noia calculan que se trata de la mitad, pero en Ribeira lo sitúan en torno al 60 %.

Información sin digitalizar entre 1871 y 1950, lo que dificulta el trabajo

Desde los registros civiles de Barbanza consultados explicaron que el hecho de que las inscripciones de nacimiento del período comprendido entre 1871 y 1950 no estén digitalizadas complica mucho la búsqueda. La única opción es recurrir a unos libros que en muchos casos se encuentran desgastados por el uso. «Poderiamos recorrer aos índices destes volumes, pero teñen erros. Estamos falando dunha época na que os medios eran precarios e os coñecementos tamén», comenta José Manuel Vaamonde.

Los titulares de algunos registros comentaban que hay libros que se encuentran ya muy deteriorados y que si se siguen manipulando se corre el riesgo de que acaben inservibles. Además, hay que tener en cuenta que, por lo menos durante los primeros años de funcionamiento del registro civil, es probable que muchas personas ni siquiera fueran anotadas.

«La búsqueda es cuestión de tiempo, constancia, paciencia y algo de suerte»

Durante la pandemia, Néstor Rubén Giménez se aficionó a la genealogía. La reconstrucción del árbol de su familia le llevó a viajar desde Buenos Aires, donde reside, por Europa y América. Con solo un ordenador, armó su historia, recopilando antiquísimas actas. Luego, cuando vio a través de las redes sociales que muchos perseguían documentos similares tanto en Italia como en España para lograr la nacionalidad, se brindó a colaborar: «En mi búsqueda, hubo personas que me ayudaron desinteresadamente y pensé en devolver el gesto».

Señala que la mayoría de aquellos que tratan de hacerse con las actas de bautismo o nacimiento de sus antepasados en España pretenden lograr la nacionalidad. Por su experiencia asegura que conseguir estos documentos no es fácil: «La búsqueda es cuestión de tiempo, constancia, paciencia y algo de suerte». Para empezar, su consejo es partir del acta de nacimiento propia e ir ascendiendo por la línea de padres y abuelos, a través de certificados de casamiento, nacimiento o defunción; y no hacerlo a la inversa.

Añade que hay dos vías posibles: las parroquias o en caso de que estas carezcan de archivos, las diócesis, y los registros civiles. En ambos casos, Néstor Rubén Giménez alude a la buena disposición de los interlocutores para que el resultado de las pesquisas sea positivo. Añade, como obstáculo extra, la ley de protección de datos: «Cuanto más cerca en años es la búsqueda, más difícil se hace».

Como vía alternativa, apuesta por las redes sociales. Explica que hace poco realizó una investigación para una amiga argentina, con un ancestro nacido en Noia en 1909: «Contaba con todos los datos, pero no conseguía respuesta oficial, así que expuse la búsqueda en un grupo de Facebook y en menos de 48 horas me respondió un vecino que me hizo el trámite en el registro». A cambio, armó la historia de este noiés, que tenía antepasados en Argentina.