Los mayores de O Son se dan un homenaje

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

Diego Calvo y Luis Oujo hicieron su entrada al recinto juntos.
Diego Calvo y Luis Oujo hicieron su entrada al recinto juntos.

Ochocientas personas se dieron cita en la comida, celebrada en un pabellón de Santa Irene abarrotado

02 may 2016 . Actualizado a las 21:39 h.

Los mayores de Porto do Son se dieron un merecido homenaje en la reunión de confraternidad que, como cada año, organizó el Concello sonense, a través del departamento de Servizos Sociais, como homenaje a los más veteranos del municipio.

Era la edición número dieciséis de la cita y el programa del día comenzó, como ya es habitual, con una misa en la iglesia parroquial de Noal. El plato fuerte llegó a la hora de la comida, en la que se reunieron ochocientas personas en torno a las mesas circulares instaladas para la ocasión en un pabellón de Santa Irene abarrotado.

Los asistentes pudieron degustar un menú a base de langostinos, buey, merluza y carne estofada. Tres horas dedicaron a estos majares, para luego atacar al postre, una generosa porción de tarta de Santiago, y al chupito prescrito en todo encuentro social, con los que enfrentarse a la sobremesa y a una sesión de baile -a cargo del grupo de música noiés Togayán- en donde los mayores demostraron su destreza en la pista, especialmente en el agarrado.

Dos mesas de autoridades

No faltaron a la cita las autoridades, dividas en dos mesas. Asistió el alcalde de Porto do Son, Luis Oujo, el delegado territorial de la Xunta, Diego Calvo, la diputada provincial sonense Ánxela Franco, así como el mandatario de A Pobra, Xosé Luís Piñeiro, y las concejalas de Servicios Sociales de Ribeira y Boiro (Esther Patiño y Carmen Beatriz Deus), entre otros representantes de la corporación anfitriona.

La fiesta de los mayores en O Son coincidió este año con el Día de la Madre, una celebración que estuvo muy presente entre los comensales que se dieron cita en el pabellón municipal.

Además, tal y como destacó el párroco sonense durante el transcurso del evento, dos generaciones compartieron mesa y anécdotas en el festejo. Estaban, por una parte, los que ya peinaban canas de la sabiduría y, junto a ellos, una generación de menos edad con vocación de hacer cosas nuevas y aprender sobre el camino que fueron labrando los otros.