El alcalde, Evencio Ferrero, dijo que el reconocimiento es «xusto e merecido»
29 abr 2012 . Actualizado a las 07:05 h.La corporación de Carballo, casi en pleno, rindió ayer un emotivo homenaje a los 13 hombres que durante muchos años fueron los bomberos voluntarios de la localidad. La plaza situada frente al Fórum, en A Milagrosa, ya lleva su nombre colectivo, y en un monolito, descubierto ayer, aparecen de manera individual: Ricardo Vilas Otero, Basilio Fraga Suárez, Juan Manuel González Regueira, José Antonio Porteiro García, José Manuel Lavandeira Lorenzo, Pedro Manuel González Porteiro (ausente, ya que reside en Canarias), Joaquín de las Heras Medina (fallecido), Celestino Alonso García, José Cameán Cotelo, Manuel de las Heras Medina, Eulogio Dubra Cabeza, Juan Manuel López Reyes (fallecido) y José Manuel Casal López.
María, la hija de López Reyes, y Eulogio Dubra, fueron los encargados de descubrir la placa, para fundirse al momento en un abrazo entre lágrimas, que se repetirían más tarde entre otras personas. Por ejemplo, al recordar a Moncho Vázquez Gómez, Rallano, un policía local de Carballo que, como recordaría Vilas, se involucraba con los bomberos como si fuese uno de ellos. Tanto, que una vez estuvo a punto de morir en una fosa séptica y un compañero lo salvó por los pelos.
Vilas habló en nombre del colectivo, en una mañana de sol de un día tranquilo. Evocó las vivencias de antaño, desde que todo empezó, en el bienio 1975-1976, como respuesta a la carencia de medios contra incendios (la espoleta fueron unos muy graves ocurridos en Carballo). Habló de sus años de concejal, del grupo que se fue formando, los 13 que quedaron, la amistad y el trabajo más allá de las diferencias ideológicas, la ayuda a los vecinos del pueblo y de la comarca (también estaban el alcalde de A Laracha, José Manuel López Varela, y el teniente de alcalde de Malpica, Miguel Fernández), las labores de salvamento y socorrismo y, al cabo, la semilla de Protección Civil de Carballo. Fueron un cuerpo casi único en la península.
El alcalde, Evencio Ferrero, destacó que los pueblos se construyen con las personas y se enriquecen con el reconocimiento a quienes lo merecen, y en este caso se trata de un «recoñecemento xusto e merecido, sentido e público, a uns pioneiros».