A pesar del descenso de la población inmigrante, que se sitúa en el nivel más bajo desde el año 2005, y del saldo vegetativo negativo, el municipio de Carballo siguió ganando población en el año 2012, según los datos del Barómetro Administrativo Municipal difundidos ayer por el alcalde, Evencio Ferrero, y la teniente de alcalde, Milagros Lantes.
Carballo tenía, a 31 de diciembre, 31.466 habitantes, dos mil más que hace diez años. No obstante, el ritmo de crecimiento se ralentiza, de manera que la población ya no aumenta en centenares de personas cada año (del 2006 al 2007 se batió un récord, con más de quinientas altas), sino que lo hace en mucha menor medida. En el 2011 ganó 86 vecinos con respecto al año anterior, y en el 2012 únicamente fueron siete más.
Las cifras globales son consecuencia, fundamentalmente, del efecto imán que ejerce la capital de Bergantiños sobre las localidades del entorno. De hecho, en el 2012 se registraron 806 altas procedentes de otros municipios, en tanto que en la dirección inversa se movieron 674 personas. De igual modo, aunque 51 vecinos se marcharon al extranjero, llegaron otros 68, por lo que también en ese sentido las cifras son positivas. Eso 149 nuevos carballeses son los que compensan el saldo vegetativo negativo (hubo 224 nacimientos frente a 236 defunciones) y permiten que Carballo continúe creciendo, aunque sea de manera casi testimonial.
En su conjunto, la población inmigrante se ha reducido en los últimos años, de forma drástica en lo que respecta a la colonia de uruguayos, de la que llegaron a formar parte 259 ciudadanos de aquel país en el año 2005, y que ha ido menguando en cada ejercicio hasta situarse en los 102 del año pasado, la cifra más baja del último decenio y un 19 % menos que dos años antes.