
Los ataques de los lobos se han intensificado en las últimas semanas en fincas de la comarca de Bergantiños. O, al menos, han trascendido más .
Una de las últimas incursiones ocurrió en la madrugada de ayer en el lugar de Lorteiro, en la parroquia larachesa de Montemaior. Una zona en la que este tipo de acciones no son nuevas. Los lobos mataron dos ovejas, pero en el último año las bajas se han ido produciendo a cuentagotas. De hecho, si en el 2012 tenían doce ovejas, ahora ya no queda ninguna.
Lo cuenta Antonio Riveiro, el hermano del dueño de la finca, quien por cierto no se explica cómo los cánidos pudieron sobrepasar el muro y el alambre que la rodea, que supera de largo el metro y medio. «Saltar é complicado, pero máis aínda o é volver para atrás, porque teñen máis altura aínda», señala. Por más que buscó alguna rendija o fallo en la alambrada, no lo encontró.
Antonio también tiene ovejas en Golmar, en un herbal que también ha sido pasto de los ataques de los lobos. El más llamativo, hace unos cinco años: mataron ocho de una tacada. Pero también fue singular cuando una noche acabaron con un carnero en una de las fincas, y al día siguiente, otro en la otra.
Además de estos casos, los lobos han dejado marca de su presencia estos días en el lugar de Moucos, en la parroquia de Cuns, con dos ovejas muertas. Más cerca de Montemaior, en el lugar de Portodoso (Soandres), las víctimas fueron cuatro en una incursión realizada el día 14, además de cinco que desaparecieron. A una de ellas la encontró muerta poco después, y otra estaba viva.
En Ribeiriña (Sofán-Carballo), fueron tres ejemplares ovinos los hllados muertos, además de tres desaparecidos. Al menos uno de ellos apareció muerto después.