Miradas; tantas como artistas han compartido sus creaciones o como espectadores las podrán contemplar. Miradas múltiples para acercarse al mundo desde una perspectiva original y hacerlo además siguiendo un hilo invisible, pero cada vez más fuerte, el que une Carballo y Muxía.
Ayer, en justa correspondencia a la exposición inaugurada hace un año en la localidad de la Barca, el Pazo da Cultura carballés abrió sus puertas a Miradas 2, el segundo eslabón de una cadena creativa que, según explicó Mon Lendoiro, nace con vocación de continuidad. Treinta y dos artistas de uno u otro lado -de nacimiento o de adopción- compartirán hasta el 7 de enero espacio expositivo demostrando que la creación en la comarca no entiende de crisis y que discurre por las disciplinas, los formatos y las técnicas más diversas, como señaló la concejala de Cultura, Mar Eirís.
Al igual que ocurriera en Muxía, esta muestra llegó de la mano de la poesía y con un envidiable afán contestatario y reivindicativo. Rosalía Fernández Rial, puente entre Bergantiños y Muxía, y el malpicán Paco Souto, guiaron con sus versos al espectador hasta la exposición -no solo en sentido figurado, puesto que el recital comenzó en la segunda planta del Pazo y acabó en la tercera-, donde fueron sus compañeros artistas quienes hablaron a través de sus piezas. Pero antes, los poemas de Rosalía de Castro, Rafa Villar, Manuel María o Chus Pato se pasearon entre las creaciones, los creadores y el público.
Después, fue el momento de entregarse a la contemplación de unas obras capaces de trasladar al espectador a los paisajes y sensaciones más diversas: desde la belleza sencilla de un autorretrato a una alegoría de la incomunicación, pasando por el homenaje a los espacios más queridos y a las esencias de la comarca. Pero todas ellas con el denominador común de ser fruto de una mirada y de someterse ahora a la mirada del espectador.