La experta en educación Nélida Zaitegi de Miguel mantendrá mañana un encuentro con padres y docentes en el CEIP Os Muíños
26 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.«Cuando se hacen cosas bonitas en las escuelas públicas hay que darlas a conocer», dice Nélida Zaitegi de Miguel (1946). Es maestra, inspectora de educación jubilada, directora de la revista digital Convives y miembro del Observatorio Estatal de la Convivencia, además de asesora y formadora. Nacida en Abanto y Ciérvana (Vizcaya), visitará mañana el colegio muxián de Os Muíños para hablar ante profesores y padres, una actividad organizada por la Consellería de Educación. Convivencia escolar: tarea de toda la comunidad educativa es el título de su intervención. Muy gratamente sorprendida por ese mensaje que se encontró encabezando la web del centro («A finalidade do CEIP Os Muíños é formar cidadáns con sentido crítico para afrontar un mundo cambiante...»), aporta algunas claves.
-Educar, tarea de todos.
-Sí. Este centro de Muxía hace un trabajo muy interesante en relación con la convivencia. No solo quieren que sea una cosa del profesorado y el centro, sino incorporar a las familias, que tenga voz y voto, porque sería estupendo que las normas que cumplen en la escuela fuesen las mismas de casa. Allí reflexionaré primero con el profesorado sobre lo que nos toca hacer a nosotros: revisar planteamientos, creencias, paradigmas... Hay que adaptar la escuela a los cambios: ha cambiado el modo de aprender de los niños, así que no podemos ir con ideas antiguas a chavales que están en otra dimensión. También es muy importante que en la escuela se trabajen los valores, al igual que en la familia: que las relaciones pueden ser positivas con todos, que se pueden resolver conflictos sin violencia... Los valores se aprenden viviéndolos, no con sermones.
-Hay varios centros en la zona con equipos de mediación.
-¡Eso! El año pasado estuve en Negreira en un encuentro precioso de 22 centros de Galicia.
-Y en Os Muíños varios cursos aprenden sin libros, casi de la vida.
-Es por ahí por donde ha de ir la cosa. El crío aprende a aprender, que es lo importante ahora, porque cada dos años la información se duplica. No se aprende repitiendo cosas como un loro, sino haciéndose preguntas, investigando, de manera autónoma, porque van a tener que estar siempre desaprendiendo cosas que no valen para aprender otras que sí valen.
-Se habla de un 40 % de padres ausentes, sin hilo casa-colegio.
-Sí, pero eso hay que trabajarlo por los dos lados. Hay padres que ya se acercan a ella, pero donde la escuela debe hacer un gran esfuerzo es en aquellos que no lo hacen. ¿Cómo se recibe a las familias en la escuela? ¿Cómo comunicar que algo no va bien? No hay que culparlas de raíz, hay familias machacadas por la vida, preocupadas por sobrevivir. Primo mangiare, dopo filosofare... Han de sentir que estamos a su servicio, ayudarles. Escuela y familia han de ir de la mano. Tenemos que pelear por los alumnos y con sus circunstancias, ser una escuela inclusiva, crear valor social, desarrollo alrededor de ella.
-No parece el mejor momento.
-No lo es para la educación. Hay una ceguera absoluta de políticos y Administraciones: no entienden que la educación no es un gasto sino la inversión más importante para la sociedad del conocimiento, que es algo muy distinto a tener información. En vez de culparla siempre, debemos plantearnos en serio cómo se está apoyando la escuela y qué recursos se le están dedicando. Y las familias entienden que el mundo está cambiando. El 80 % de las profesiones que tendrán nuestros hijos y nietos aún no existen.
-¿No cree que a veces innovar en la escuela se reduce únicamente a incorporar más tecnología?
-Sí, y solo es un medio. Puedo tener una pizarra digital y contar como en un cuaderno Rubio. Por eso hay que preparar al profesorado, y hay gente haciendo cosas.