
Los extravíos de montañeros se suceden, ya que desde el fuego no hay señales
09 nov 2014 . Actualizado a las 09:41 h.La subida al Monte Pindo es uno de los grandes atractivos de senderismo que ofrece la Costa da Morte. El reto de llegar a la cima del monte, Laxa da Moa, es un objetivo que no solo se marcan los habitantes de los municipios colindantes a este paraje, sino que cada vez es mayor el número de montañeros, procedentes de los lugares más dispares, que se aventuran a escalar este mítico y majestuoso macizo que se eleva hasta los 627 metros de altitud.
Esta escalada no está exenta de riesgos, como lo atestigua el hecho de cada año se produzca alguna pérdida de montañeros que se adentran en zonas peligrosas, y que luego deben ser rescatados. No se han constatado siniestros graves, pero si extravíos, lesiones como roturas y luxaciones de extremidades y ataques de ansiedad. La señalización de varias rutas peatonales favorecía tanto la llegada a la cima como las labores en caso de tener que rescatar a alguien. El incendio que arrasó completamente la masa forestal de este emblemático macizo, hace ahora algo más de un año, quemó la mayoría de los indicadores de los senderos, con lo cual, quienes se aventuran a realizar la subida se ven desorientados, y también a la hora de solicitar auxilio carecen de referencias para ubicar su situación.
Los agentes de la Policía Local de Carnota y también los jóvenes de O Fieiro, habituales en las labores de rescate en este monte, consideran que la carencia de la señalización incrementa el peligro para los montañeros. En la actualidad solo los indicadores de partida siguen intactos, tanto en O Fieiro, como en O Pindo. Al adentrarse en las rutas más seguidas para acceder a A Moa, comienzan las dificultades, pues los letreros que existían han desaparecido, otros solo conservan el mástil, algunos están a medio quemar o no puede apreciarse el topónimo. Desde el fuego forestal casi nadie hizo nada por reponerlos o colocar unos nuevos.
Solo los comuneros
La señalización de los senderos se había hecho en varias fases y gracias a la acción de la asociación Perfecto Sande, a la comunidad de montes de Caldebarcos, a los concellos de Carnota y Mazaricos y a Agader. Ahora, solo los comuneros de Caldebarcos se preocupan de mantener en orden los letreros. Aunque todavía queda mucho terreno de su propiedad sin señales, en zonas como la de los molinos de San Cibrán ya se trabaja.