
PP y BNG censuran el recorte de edificabilidad y la falta de publicidad
07 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El gobierno de Muxía aprobó en el pleno del viernes por la noche -al que asistieron unos 60 vecinos, algo inaudito en años- el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), que dejó elaborado el PP en el 2007 y que ha sido corregido para adaptarlo a la ley, «única e exclusivamente para que non caian dúas casas de veciños que non tiveron culpa», tal y como enfatizó el alcalde, Félix Porto Serantes. Es un objetivo que el PP y el BNG compartieron, aunque con un rosario de críticas a la manera en la que se hizo y a la tardanza, que motivaron sus votos en contra.
El edil nacionalista, Faustino Gándara, primero en tomar la palabra, censuró la falta de publicidad del plan. «Aínda que os veciños non teñan dereito a presentar alegacións, polo menos terán dereito a saber, tan sequera a ver os planos», se quejó el concejal, que también desconfía de los añadidos como forma de ampliación urbana. «Vostedes din que despois se poden facer modificacións, pero para iso hai que ter cartos, primeiro para subornar aos políticos, como xa ten pasado en Muxía, e despois para facer as cousas», incidió Gándara.
Por su parte, el exalcalde Alberto Blanco, que ejerció de portavoz del PP ante la ausencia de Antonio Devesa, atacó el proyecto desde todos los frentes. Primero criticó la tardanza que posibilitó la entrada en vigor de leyes restrictivas que no habrían afectado si el plan se hubiese continuado después del 2007 y calificó el resultado de «un verdadeiro desastre», puesto que incluso el derribo de las casas denunciadas ya se podía tener evitado. «Din que o noso era un plan de pelotazos e agora Muxía queda embotellada sen sitio para se desenvolver», concluyó Blanco, que invitó al alcalde a que pida disculpas a los vecinos y les explique lo que realmente hay y porque propiedades edificables ahora no lo van a ser.
El encargado de rebatir sus argumentos fue el concejal de Urbanismo, Samuel Lago, quien justificó la continuidad del plan del PP, aunque le gustaría hacer otro, porque no hacerlo implicaría «retrotraerse á aprobación inicial» con un nuevo período de alegaciones que ya no permitiría salvar las casas de Quintáns en riesgo de derribo. Además, incidió en el intenso trabajo realizado y en que «non se buscou prexudicar nin favorecer a ninguén».
Cerró el debate el alcalde al asegurar: «Para este goberno sería sinxelo esperar cinco meses pero imos aprobar o plan así nos custe as eleccións».