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Hacia un hospital libre de pinchazos

R. d. Seoane A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

CESAR QUIAN

Premian a la enfermería de la uci de pediatría por un trabajo sobre el uso de catéteres y las ventajas, clínicas y económicas, de crear un equipo de terapia intravenosa

12 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos pinchazos -cientos-, numerosas complicaciones, abundante y costoso tiempo de trabajo y hasta millones de euros al año de ahorro. Esa es la cuenta final, resumida, de una propuesta nacida de la enfermería de la unidad de cuidados intensivos de Pediatría del Materno y que ha merecido un premio en el último congreso sobre calidad asistencial celebrado en Vigo. Se trata de un estudio sobre cómo mejorar la colocación de catéteres que cada día se necesitan por decenas a lo largo y ancho del Chuac, y que, en definitiva, avala la oportunidad de crear lo que se denomina Equipo de Terapia Intravenosa. «Es lo mejor para el paciente y optimiza costes», resume Francisco Javier Rodríguez Costa, supervisor de la uci infantil y autor principal del trabajo de investigación.

En el estudio, que incluyó un ensayo clínico con 60 pacientes adultos de medicina interna y cirugía general, se comprobó la eficacia del catéter central de inserción periférica guiado por ecografía, un sistema que «evita pinchar a ciegas, en el 95 % de los casos se hace a la primera con éxito», apunta Costa.

Hay que tener en cuenta que se manejan catéteres que en casos pueden estar colocados en el cuerpo hasta un año, son válidos para nutrición parenteral y medicación, incluida la quimioterapia, se pueden llevar puestos incluso cuando el paciente se va a casa e utilizar para realizar analíticas.

La puesta en marcha de este equipo supondría contar con personal formado específico para «indicar qué tipo de catéter le corresponde a cada paciente al ingreso», explica, dado que existen múltiples modalidades, y utilizando una especie de fórmula matemática es posible optar por el más indicado en función de las necesidades clínicas y el tiempo estimado de hospitalización. Hacerlo así puede evitar al enfermo tener que pasar el trago de los pinchazos de múltiples vías periféricas. Existen casos que la elección adecuada, y el adiestramiento, puede llegar a evitar incluso el paso por el quirófano para terapias complejas.

Reducción de complicaciones

Pero a todo esto se suma otro ahorro nada despreciable, subraya el supervisor de la uci pediátrica del Materno, que es el de las complicaciones que suelen derivarse de esos pinchazos tan habituales en un centro hospitalario: las flebitis, extravasaciones (rotura de la vena y salida del líquido que, si se trata de un ciclostático puede provocar una intervención quirúrgica) y las bacteriemias o infecciones. «Con el catéter indicado, casi desaparecen», asegura Rodríguez Costa.