«Cáritas tiene a mucha gente buena y comprometida con el necesitado»

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

EDUARDO PEREZ

Vuelca sus esfuerzos en la formación como resorte de la recuperación de la dignidad

06 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajadora incansable, recibe al periodista en una tarde de tormenta sacándole el abrigo y poniéndoselo al calor de la estufa. Aunque parezca increíble, Pilar Farjas no solo tiene tiempo para dormir sino que lo hace como un niño, «estupendamente». Ha de ser porque cuando está despierta no para. En esta etapa de su vida, esta turolense y coruñesa de adopción nacida en 1959, compagina su trabajo en la Jefatura Territorial de Sanidad con la dirección de Cáritas Interparroquial de A Coruña y la presidencia de la asociación Isabel Zendal.

-¿Sabe decir que no a una propuesta de trabajo?

-(Ríe y no contesta).

-¿Qué significa para usted Cáritas?

-Algo especial. Es la obra social de la Iglesia, la agrupación que más mira cara a cara al necesitado. Es además para mí un compromiso; es hacer realidad que no haya nadie desarraigado, que este solo y no tenga a donde acudir. Es el mandamiento de la caridad. Cáritas está en todas partes, con mucha gente profundamente buena y comprometida con el necesitado.

-Por tanto, ¿no se lo pensó dos veces cuando le propusieron la dirección?

-La verdad es que no. Me llenó de ilusión porque ya desde hace 18 años soy voluntaria de mi parroquia en Santa Margarita. Para mí ha sido una oportunidad estar disponible por las tardes para poder asumir una tarea profundamente gratificante pero que, al contar con 39 trabajadores fijos, más de 200 voluntarios y 37 parroquias, requiere una entrega de varias horas al día.

-Más allá de la ayuda directa al necesitado, ¿en qué pone Cáritas todos sus esfuerzos?

-En la formación del necesitado. Estamos potenciando la tarea del centro de formación Violetas porque creemos que está ahí la recuperación de la dignidad, la salida, la esperanza de la persona que en un determinado momento de su vida necesita de los demás. No tenemos formación reglada sino adecuada a las necesidades de las empresas, que es con las que estamos hablando. Además, estoy revisando todos los proyectos porque estos modelos nos permitirían hacer desarrollos en reciclados, restauración... Buscamos esos nichos de empleo con demanda y organizamos cursos de formación. Como el que hicimos sobre reformas, camareros... También organizamos un programa de atención materno infantil para hacer un seguimiento a las usuarias embarazadas. Que no estén solas y que tengan siempre alguien en que apoyarse. -¿Con qué presupuesto cuentan y cuál es el destino principal de las ayudas?

-Tenemos un presupuesto de unos 2.200.000 euros y, sin lugar a dudas, la partida más importante va dirigida a ayudas para alimentación. Después se destina lo mismo a gastos de luz y agua que al pago de alquileres.

-Es de suponer que en 18 años como voluntaria de Cáritas haya visto casos tremendos...

-Sí, muy duros. Pero ayudar no lo es. Es lo más gratificante. Es muy esperanzador trabajar con personas que están buscando la recuperación de la dignidad.

-Existe algún lugar o necesidad al que Cáritas no acuda?

-La verdad es que Cáritas tiene una estructura importante que atender, con un centro de día, la residencia de mayores, el centro de formación Violetas... Tenemos un centro de atención primaria y, además de en las parroquias, en la interparroquial se atienden unas 6.000 intervenciones al año. Además, contamos con dos pisos para familias y colaboramos con personas que salen de instituciones penitenciarias.

-¿Se nota la recuperación económica?

-Sí. Disminuyó el número de atenciones. Lo que notamos es que se está estancando un sector con mucha desestructuración.