Los ganaderos tienen muchas dificultades para encontrar y gestionar personal
17 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Al menos veinte de los ganaderos que el año pasado estuvieron en la oficina de Carballo de Asaja Galicia contrataron personal para sus explotaciones. El sector agropecuario no está en el top ten de los creadores de empleo, pero ocupa un lugar importante en cuanto a contrataciones porque la rotación de trabajadores es muy alta.
En A Devesa han estado tres meses casi al límite por falta de personal cualificado, una situación que ya han resuelto con una incorporación reciente y otra inminente, pero son muchas las granjas de la zona que buscan trabajadores, en muchas ocasiones para sustituir a los que ya tenían.
Los propios ganaderos reconocen que hay un problema de gestión de los recursos humanos, una asignatura pendiente que puede ponen en jaque la viabilidad de muchas explotaciones porque el modelo intensivo exige un cuidadoso manejo del ganado y dos o cuatro manos no son, en muchas ocasiones, suficientes.
Absorciones
De hecho, en la zona se está dando una situación nueva. Granjas grandes absorben a otras más pequeñas para quedarse, básicamente, con la mano de obra especializada que supone en granjero. El pequeño queda así como asalariado del grande.
Hay varios acuerdos de este tipo a punto de cerrarse y el motivo es la necesidad de crecer, pero no solo en instalaciones o tierras, sino también en capacidad para atender el trabajo.
A los ganaderos les resulta difícil encontrar personal cualificado, pero más mantenerlo y organizarse para que el empleado resulte realmente productivo. Jornadas interminables de trabajo y encomiendas que poco o nada tienen que ver con el trabajo de la granja, además de muy poca mano izquierda, son las principales causas de que los trabajadores abandonen y eso que no resulta tan fácil encontrar empleados que sepan manejar una vaca y un tractor y que estén dispuestos a trabajar por menos de mil euros al mes.
Las revistas especializadas dan consejos a los ganaderos de cómo deben tratar a sus empleados, que son imprescindibles para que las explotaciones funcionen.
Tampoco hay formación concreta, que debe correr a cargo del empleador. «Prefiro alguén que non vira antes unha vaca, pero que lle gusten os animales que un que tivera granxa», dicen varios productores, sobre todo porque es difícil cambiar vicios.