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Un buque llega a Cee tras perder madera entre olas de 14 metros

CEE

Descarga de los paquetes de madera ayer en Brens para volverlos a estibar en el barco.
Descarga de los paquetes de madera ayer en Brens para volverlos a estibar en el barco. marcos rodríguez< / span>

La tripulación está ilesa, el barco sin grandes daños y la carga movida

26 feb 2015 . Actualizado a las 16:54 h.

Lo pasaron realmente mal, porque, según le explicó el capitán, un curtido marino de origen alemán, al práctico del puerto, José Centeno, se las tuvieron que ver con olas de hasta 14 metros; pero la tripulación del NBP Voyager, formada en su mayoría por oficiales de Europa del Este y marineros del Sudeste Asiático, ha llegado ilesa al puerto de Cee. Eso sí, por el camino se han dejado decenas -incluso puede que cientos- de toneladas de tablones de madera. Y tampoco es que les esperen días precisamente de turismo en el litoral de la Costa da Morte, porque la carga de cubierta se encuentra removida en su mayor parte, por lo que desestibarla y volverla a estibar será trabajo de varias jornadas.

El mercante, con bandera de Antigua y Barbuda, de 107 metros de eslora por 18 de manga, procedía del puerto de Riga, la capital de la república báltica de Letonia, y se dirigía a Argelia, con unas 7.000 toneladas de madera serrada, distribuida en paquetes atados con cinchas metálicas.

Los embates del mar fueron tales que, cuando se encontraban ya a altura de las costas gallegas, aunque eso sí todavía a decenas de millas de tierra, los paquetes empezaron a moverse, algunos se rompieron y cayeron al mar. Por si fuese poco, el reparto de pesos tan importante para la navegación y la estabilidad de cualquier barco, pero sobre todo de un mercante, se vio alterado con un desplazamiento hacia la banda de babor (el lado izquierdo en el sentido de la marcha). De ahí que falten la mayoría de los inmensos postes metálicos de ese lateral, que, salvando las distancias y las dimensiones, son similares y cumplen la misma función que los palos de madera para sujetar la carga en los carros tradicionales. Solo quedan cinco visibles con lo que todo parece indicar que los tripulantes se vieron obligados a picarlos para que cediesen, cayesen al mar algunos paquetes más de esa zona y corregir así la escora, aunque las circunstancias exactas en las que se produjo el incidente están todavía por esclarecer.

Llegada de madera a la costa

Lo que sí está claro es que desde primera hora de la mañana -el barco había solicitado entrada por la noche y arribó en torno a las 07.00 horas, con total normalidad según señaló el práctico- devolver la carga a su sitio en la medida de lo posible es el asunto prioritario. De hecho, la grúa pequeña del puerto, mucho más manejable y versátil que la estibadora principal y que además está especialmente indicada para mover madera en bruto, lleva todo el día retirando paquetes para colocarlos debidamente. Algo que no será posible en todo los casos, porque algunos están rotos y, al menos, deberán ser atados nuevamente con las cinchas.

Paralelamente, se da por hecho que en los próximos días empiecen a llegar tablones a la costa, aunque solo las corrientes, las mareas y el oleaje pueden determinar de momento hacia qué zonas y con qué nivel de intensidad o frecuencia.