El edificio ya está levantado en la región marfileña de Grand Lahou
02 sep 2016 . Actualizado a las 10:27 h.La oenegé Egueire cumple un nuevo sueño al ver levantada su Maternidad en la región marfileña de Grand Lahou, en una zona en la que la población vive in extremis, ya que se da una circunstancia incomprensible: las mujeres mueren cuando están dando vida. En Nandibou, en un poblado humilde a 60 kilómetros de Abidjan, capital financiera de Costa de Marfil, las mujeres tendrán un centro de referencia de ginecología y obstetricia en donde podrán dar a luz, realizar el seguimiento del embarazo y cumplir con el calendario de vacunas de sus pequeños. Una expedición de 16 activistas de la oenegé, dirigidos por el sacerdote marfileño Desiré Kouakou Tanoh, que está al frente de las parroquias de Brens, Ameixenda y Buxantes, y por el párroco de Mazaricos, Xosé Manuel Pensado, visitaron estos días los proyectos de Egueire.
«No te olvidaré jamás Costa de Marfil. Tus miradas, tus niños, tus gentes, tus paisajes, todo lo vivido en estos días. Me quedo con la hospitalidad de África. No tenemos palabras para agradecer lo que habéis hecho por nosotros y solo queda decir que nos queda tanto por hacer». Las palabras de Jon Gutiérrez Esturro, uno de los componentes de la oenegé, definen a la perfección cómo ha sido la gira africana de Egueire. La expedición ha completado un programa de 13 días en los que han tenido tiempo de conocer todo el trabajo que realizan los cooperantes, visitar las cooperativas de mujeres que se han beneficiado de los microcréditos concedidos por Egueire para poder crear su propia economía, revisar el estado de la escuela de N’Zida construida por Egueire, así como el comedor escolar Lowa Beugre levantado por la oenegé, gracias a la solidaridad de Octavio Villazala, Tito.
Acondicionamiento
El proyecto de la Maternidad de Nandibou es ya una realidad. Con el edificio construido, solo harán falta dos meses para que los obreros lo terminen y la organización que preside Desiré Kouakou dé el siguiente paso: su acondicionamiento y el traslado desde Galicia del material sanitario necesario para poner en marcha esta infraestructura que cuesta unos 60.000 euros. «Nosotros no tenemos subvenciones ni ayudas de ningún lado, lo estamos construyendo con las cuotas de nuestros asociados y la solidaridad de muchas personas que quieren colaborar en nuestros proyectos», repite continuamente el párroco de Brens, Desiré Kouakou.
Hasta ahora, sin un centro sanitario de referencia en esa zona, la vida y la muerte se reencuentran constantemente. El viaje entre Nandibou y Grand Lahou, en donde se encuentra el punto sanitario más cercano, no está exento de dificultades: carretera de tierra, baches por doquier y el privilegio de disponer de un vehículo provoca que las mujeres -muchas son jóvenes- no puedan someterse a las revisiones pertinentes y que los partos se compliquen. El grupo de cooperantes de Egueire visitó la semana pasada la edificación y sus habitantes los recibieron con todos los honores. El jefe del poblado, ataviado con sus mejores galas, recibió a los cooperantes en su casa, en un ceremonioso encuentro en el que agradeció la sensibilidad de Egueire por dar solución a uno de los graves problemas de la región. Tras esta reunión, se celebró una misa en la que cantó la Coral Saint Luc Banabakintú, que en los últimos veranos ha estado de gira por Galicia. Esta estuvo precedida por la visita a la infraestructura sanitaria con los jefes de obra, una charanga de música y cientos de niños y adultos que agradecieron con desbordantes muestras de cariño a la delegación española el esfuerzo de su organización por desarrollar una obra en esa zona.
Egueire, nombre de vida
El viaje ha sido el impulso perfecto para que el grupo de cooperantes de Egueire puedan trasladar al resto de miembros de la oenegé las ganas e ilusión de seguir trabajando por un país de colores. Con unos recursos naturales casi ilimitados, Costa de Marfil es uno de las zonas de África con más potencial. La generosidad de sus gentes es infinita y la alegría y felicidad de los que tienen muy poco es una lección. Ahora toca esperar a que nazca Egueire, el primer niño atendido en la Maternidad de Grand Lahou en la que todas las familias podrán celebrar, por fin, la vida.