
Los locales de temporada ya están todos abiertos e incluso hay alguna incorporación en la prolongación Fisterra-Muxía
17 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Algunos hace semanas que están funcionando ya, pero la Semana Santa, sobre todo en Fisterra, da el pistoletazo de salida de la campaña turística, con lo que a día de hoy, salvo algún caso muy puntual, toda la hostelería de la Costa da Morte ligada al entorno del Camiño se encuentra en pleno funcionamiento. Hay novedades incluso, con locales que acaban de abrir y otros, que aunque llevan algunos años en el mercado, aprovecharon el parón invernal para un lavado de cara o incluso para una reforma completa. La Casa do Peixe de Muxía, por ejemplo, estuvo varios meses cerrada y el cliente que la visite ahora dudará si entra o no en el mismo local, porque el cambio fue sustancial.
«Aquí, a non ser que se me escape algo está todo aberto. A Semana Santa sempre foi unha época especial, aínda cando non había tantos peregrinos, e agora máis. Antes quizais se notaba un baixón grande de pasada a Semana Santa aos meses de verán, pero agora xa non tanto. Os niveis de ocupación case rozan o tope, e aínda que baixará algo, xa se vai mantendo», explica el alcalde y concejal de Turismo de Fisterra, Xosé Marcote.
Con la nueva campaña llegan también las novedades y alguna verdaderamente innovadora, como la Lonxa D’Álvaro de Muxía, un restaurante con la subasta dentro y productos propios de la lonja, o el Salón de las Flores de Fisterra. «Miña nai sempre andou no mar e éralle complicado atopar traballo. Entón, cerrou aquí unha florería que levaba anos e como ela lle pegaba ben -facía centros para a familia e iso- decidímonos a isto. Eu viña para axudar, pero xa me enganchou e fóisenos das mans. A idea xa a colléramos hai uns dous anos en Madrid. Encantounos e estamos moi contentas porque a xente entra e dinos: ‘que bonito tendes todo, parece unha casa de bonecas’», detalla Catuxa Santos, que ofrece una manera distinta de tomar un café bombón, batidos, smoothies... rodeado de creaciones florales.
También en Fisterra, Carlos Piñeiro lleva ya 12 años, cerrando «dous meses e medio, tres... Se en febreiro chove moito xa son catro» el Mesón Arco da Vella, porque en invierno el pueblo no da para todos y porque la fórmula le funciona. De hecho incluso augura una buena temporada. «Aquí o que se queixe é porque bueno, pero si que dá. O problema grande témolo coas terrazas, porque Portos non perdoa. Aquí no meu por 32 metros cadrados son 4.800 euros e hai outros de abaixo 10.000, 12.000, 15.000... Incluso o estabamos comentando este día que nos locais moi pequenos era mellor pagarlle unha concesión a Portos e montar só terraza, porque así pagas dúas veces o aluguer e os 10 ou 20 céntimos que podes cobrar de máis na terraza non che cubre», especifica.
«En obra nova, todo hostalaría»
Todo este movimiento hostelero también dinamiza otros sectores de la economía. «O que fai falta é que haxa emprendedores porque nós os contratistas vivimos de traballar e todo o que sexa traballo é bo», señala el constructor muxián Germán Mouzo, que acaba de levantar dos hoteles nuevos en Fisterra y tiene en cartera numerosas reformas. «Nós temos algo de todo, pero que é en obra nova todo o que hai é hostalaría», añade el empresario, que vive de primera mano el bum del sector y considera que el tiempo climatológico del que está disfrutando la Costa da Morte en los últimos años puede seguir animando a que la actividad crezca, a que los negocios sean rentables y la gente se siga animando a emprender.
Fisterra cuenta con cuatro técnicos de turismo y el Museo da Pesca pero sigue con el faro cerrado
Al margen de la iniciativa privada, el Concello de Fisterra también realiza su propia apuesta turística, muy inferior a la que desearía, pero destacable porque este año, por ejemplo, van a contar con cuatro técnicos de turismo. Dos, los que financia la Deputación ya están trabajando, y los que de la Xunta empezarán en breve. Además, el Museo da Pesca sigue abierto con Alexandre Nerium al frente y esperan contar con otra persona de refuerzo. Sin embargo, como denuncia el alcalde, las bases de contratación cambiaron y están muy centradas en gestores de museos, que no es precisamente lo que necesitan en un sitio de carácter tan etnográfico. De hecho, así se lo ha hecho saber por carta a la Deputación y están tratando de encajar la oferta con las necesidades.
El albergue público seguirá cerrando los fines de semana, mientras no se solucione su gestión y el faro, aunque el Concello tiene hecha una memoria para la Autoridad Portuaria y reclamarlo, para este verano aún no va estar.