Los vándalos dañaron los grabados de la Casa dos Mouros de Regoelle

VIMIANZO

PABLO SANMARTÍN

El diseño se repite misteriosamente en Dombate, Espiñaredo (Negreira) y Portugal

14 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vándalos atacaron de nuevo un importante elemento del patrimonio cultural de la Costa da Morte. Unos grabados que la arqueóloga irlandesa Elizabeth Shee calificó en 1981 como «La Cosa», y que se repiten en los dólmenes de Dombate, Casa dos Mouros de Regoelle, Espiñaredo (Negreira) y tres megalitos de Portugal, fueron dañados recientemente. Lo pudieron constatar los asistentes al recorrido que el Seminario de Estudos Comarcais realizó por varias megalitos de la comarca con ocasión del simposio celebrado en Vimianzo.

Los autores del atentado modificaron los trazos de los grabados al intentar recargarlos con una piedra. Su posible objetivo era facilitar su visualización para hacer fotos. En un estudio, el arqueólogo Antón Rodríguez Casal calificó estas figuras como «un motivo abstracto muy extraño, que por no haber unanimidad ni la hay en cuanto a su terminología». Las excavaciones de Dombate las dejaron expuestas en toda su extensión, pero en Regoelle, entre Vimianzo y Dumbría, aparece en uno de los esteos que, curiosamente, fue transportado hasta el lugar desde una distancia superior a diez kilómetros. La piedra sobre la que se encuentran es magmática e incluso es de tipo diferente a las demás que componen el dolmen, que son sedimentarias. Los diseños son incluso anteriores al propio megalito, ya que los especialistas creen que pudo cumplir la función de estela. Las de Borneiro son anteriores al 3.900 antes de Cristo. Rodríguez Casal considera que se trata de una figuración simbólica en relación con la muerte. Aunque no desecha una interpretación relacionada con las estrellas y las constelaciones, en concreto con la de Orión. Casal participó en el Simposio de Vimianzo, en el que al alcalde vimiancés, Manuel Antelo, informó de que el Concello tiene apalabrada con el dueño de la finca la compra del terreno en el que está el dolmen de Regoelle. Otras medidas que tomó fueron la limpieza del entorno de las principales antas y la señalización.

Fernando Carrera, especialista en arte megalítico que intervino en el Simposio, calificó el yacimiento de Regoelle como de «potencialidad arqueológica muy fuerte». Fue pintado dos veces en origen por encima de los grabados ahora dañados. Precisamente Carrera denuncio la vulnerabilidad de este patrimonio, los atentados que sufren y la falta de atención por parte de los organismos y la sociedad.