El precoz meta céltico, que ya ha debutado y asombrado en Primera, cumplió ayer la mayoría de edad
26 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El 25 de julio del 2012, Paco Herrera regalaba a Rubén Blanco su debut con el primer equipo en Balaídos por su decimoséptimo cumpleaños. Era solo un amistoso contra el Atlético. En el año que ha transcurrido, el portero del Celta ha pasado de ser el tercer meta del club a convertirse en suplente de Javi Varas por la lesión de Sergio y, finalmente, a defender la portería céltica en los dos últimos partidos, donde su intervención, sin encajar, resultó decisiva para que el conjunto lograra la permanencia. Luego contribuyó al ascenso del filial y, actualmente, disputa el Europeo sub-19. Todo ello antes de alcanzar la mayoría de edad que cumplió ayer.
Rubén (Mos, 25 de julio de 1995) se inició en el fútbol con cinco años en el Santa Mariña, club la que le unía la tradición familiar, pues sus tíos habían militado allí. Aunque hizo sus primeras paradas como infantil, ir un paso por delante de lo que le correspondía por su edad ha sido una constante en su carrera.
El canterano llegó al Celta en el 2007. Con doce años, el Barcelona estaba detrás de él hasta el punto de que lo tenía prácticamente atado. Pero Toni Otero, que ya se había fijado en aquel niño, convenció a sus padres para que se quedara en Vigo y vistiera la elástica celeste. Así lo ha hecho los últimos seis años, comenzando en infantiles y terminando -y asombrando- en el once inicial de un Celta de Primera a los 17 años.
El de Mos se sentó por primera vez en el banquillo de Balaídos como suplente en febrero del 2012. Entonces le suponía pasar en apenas seis meses del cadete de División de Honor al primer equipo. Pero con los preparadores de porteros de esa primera plantilla había venido trabajando prácticamente desde su fichaje por el conjunto vigués. Desde el principio vieron que apuntaba maneras.
Tranquilidad pasmosa
Ya en la pasada campaña, con Sergio lesionado y Javi Varas al borde de la quinta amarilla, Rubén volvió a sentarse en el banquillo. Los que mejor le conocen aseguraban entonces que no había de qué preocuparse si al niño de los guantes de oro le tocaba asumir la responsabilidad de ponerse bajo los palos. Demostró que no se equivocaban cuando, al final, fue una lesión del sevillano la que le obligó a hacerlo.
No acusó ni la presión ni su juventud. Sí hizo gala de sus cualidades más sobresalientes: el blocaje, el juego de pies, la colocación y una tranquilidad pasmosa que le define, relatan sus compañeros y preparadores, tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Tras convertirse en el héroe de la salvación, Rubén participó en la eliminatoria contra el Arenas de Getxo que permitió al Celta B regresar a Segunda B. También ha sido un habitual de las categorías inferiores de la selección: hoy mismo disputa (20.00 horas) ante Holanda el último partido de la fase de grupos del Europeo sub-19, para cuyas semifinales ya está clasificado España, que se ha asegurado la primera posición de su grupo.
Mientras, Yoel y Sergio entrenan a las órdenes de Luis Enrique, que dejó claro desde el día de su llegada que cuenta con los tres guardametas de la casa. Los también canteranos saben que el tercero en discordia, Rubén, no se lo pondrá fácil.
perfil rubén blanco