El equipo celeste sigue sin vencer como local tras no saber descifrar al conjunto vallecano
10 nov 2013 . Actualizado a las 11:29 h.No hay manera de que caiga la primera victoria en Balaídos. Un Celta que llegaba reforzado tras su mejoría constante en las últimas semanas volvió a estrellarse contra el muro psicológico que supone no haber ganado en casa. El Rayo Vallecano parecía una víctima propicia, un equipo tan académico como quebradizo e irregular. Sin embargo, el equipo de Paco Jémez, que llegó colista a Vigo, supo atenazar el juego celeste y tuvo más acierto en ataque para volver a frustrar al Celta delante de sus incondicionales. Al equipo de Luis Enrique le sobraron ganas pero le faltó algo más de pausa, pegamento entre líneas sobre todo a la hora de correr para atrás, y volvió a los errores habituales: se descosió por el lateral de Toni y tuvo poco acierto cara al gol, porque de ocasiones dispuso. Pero acumula ya cinco partidos sin marcar en casa. Por ahí pierde comba el conjunto olívico.
El Celta se encontró con la horma de su zapato. El Rayo Vallecano tiene virtudes muy similares a las celestes, y los locales no supieron explotar defectos compartidos por ambos equipos. Básicamente, la fragilidad defensiva. Fue mejor el Rayo en el correcalles que fue el partido durante muchos minutos del primer tiempo y luego manejó bien su ventaja con los espacios que le concedió el Celta. Siempre con el buen gusto en el control de la pelota y un sentido de la presión que llevó al Celta a la precipitación y el exceso de errores. El conjunto vigués estuvo siempre en el partido porque el Rayo concede esa incertidumbre a sus partidos, pero a los locales les faltó algo de pausa y acierto en el remate.
Se desesperaba en la banda Luis Enrique cuando veía a un Celta ansioso, angustiado porque su mejoría jornada a jornada sigue encontrando el talud de Balaídos para dar el subidón definitivo. El entrenador veía a cuatro de sus jugadores acudir como lobos a un balón perdido en el centro del campo y desordenar la presión que conducía a un nuevo contraataque del Rayo por la banda de Toni, dejado a su suerte en el mano a mano con el rapidísimo Lass. Así se trazó el primer tiempo, que pudo cambiar de manera radical y Nolito llega a embocar el centro de Santi Mina a los dos minutos. Pero desde ahí el Rayo Vallecano se ordenó en una fortísima presión, guiado por un Saúl Ñíguez imperial en el centro del campo, con mando y llegada. Se sucedieron las llegadas por la derecha y con la movilidad de un Jonathan Viera en un gran estado de forma. No llegó el canario a un envío de Lass minutos antes de que un gran pase de Trashorras (finísimo toda la noche, incluso trabajador) le volviese a dejar solo ante Yoel. No perdonó a la segunda.
No había muchas ocasiones pero sí muchas llegadas. El Rayo desbordaba de segunda línea, sin delantero centro puro, y el Celta comenzó a carburar por empuje. Pero los laterales apenas intervinieron en ataque (apenas un centro de Hugo Mallo interceptado por Rubén) y a Nolito y Augusto les costaba encontrar conexiones con Álex López. Charles no leyó el error del portero del Rayo en una salida y Costas cabeceó fuera la mejor ocasión del Celta en el primer tiempo en el último córner del período.
Al Celta le vino bien el descanso. Aunque había mejorado en el último tramo, el Rayo siguió llegando. Perdonó Saúl con todo a favor tras un saque de esquina, en un remate que encontró a Hugo Mallo bajo palos. Lass no llegó por centímetros a un excepcional centro de Jonathan Viera con el exterior de su diestra. Las ocasiones fueron un nuevo aldabonazo para Luis Enrique, que le pidió a su equipo algo más de pausa con la pelota. Más posesión para prevenir los errores en la presión y los forzados por el rival. Surtió efecto pero a un precio, las cada vez más claras contras del Rayo. La entrada de Rafinha por Santi Mina coincidió con dos ocasiones consecutivas del brasileño, pero sus chuts dentro del área no prosperaron.
El Rayo sabía que iba a sufrir porque su constitución es frágil pero sus contras hacían daño porque nadie auxilió a Toni en toda la noche. Lass generó dos llegadas para remates de Larrivey que atrapó Yoel, antes de que Embarba pusiera un centro con toda la tranquilidad ante la mirada distante de Toni. Larrivey atacó el balón como el ariete que es y cabeceó el 0-2. En la acción, además, se lesionó David Costas. Para entonces Luis Enrique optó por partir el equipo al relevar a Oubiña y el Celta perdió el poco orden que tuvo en el partido. Llegaron ocasiones para que Nolito y Krohn Dehli redujesen distancias, pero Balaídos vuelve a quedarse de vacío con un Celta que da un paso adelante y otro atrás.
0 - Celta: Yoel; Hugo Mallo, David Costas (Jonny, m.73), Fontás, Toni; Borja Oubiña (Krohn-Dehli, m.66), Alex López, Augusto Fernández; Santi Mina (Rafinha, m.55), Nolito y Charles.
2 - Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Gálvez, Arbilla, Nacho; Trashorras; Lass (Mojica, m.75), Saúl Ñíguez, Falqué (Embarba, m.67), Bueno (Larrivey, m.54); y Jonathan Vieira.
Goles: 0-1, m.23: Jonathan Viera; 0-2, m.71: Larrivey
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (colegio cántabro). Mostró tarjeta amarilla a Nolito (m.29), Borja Oubiña (m.52) y Krohn-Dehli (m.85), por parte del Celta de Vigo, y a Gálvez (m.60) y Falqué (m.65), por el Rayo Vallecano.